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En el Ojo Ajeno: la publicidad tontorrona del futuro

No se cómo, pero en una comida reciente acabamos hablando de que hoy en día Dumbo sería una película políticamente incorrecta: maltrato animal, todos borrachos en el circo, mofa de una malformación congénita…

Esta semana ando bastante colocado a frenadoles así que me quedé con la copla y estuve viendo unos cuantos blogs sobre publicidad antigua que hoy sería inviable. Como aquella que decía: cada vez más doctores que fuman eligen Camel (toma ya).

En esta espiral silenciosa de pseudo puritanismo-talante-eco-igualdad-amable en la que estamos metidos, vamos cediendo terreno para no pisar el meñique a nadie y estamos llegando a territorios anodinos, vacíos. Y acabaremos haciendo publirreportajes.

Últimamente ya no se trata de no ofender a nadie sino que se trata de agradar; y luego, de paso, vender. Leo que Hard Rock, cadena de hamburguesas y raciones XXL, presenta un programa que se llama un “Imagine there´s no Hunger” para un mundo sin hambre, paradójico. Ausonia abandera la lucha contra el cáncer de mama y Johnnie Walker aboga por el consumo moderado. Iniciativas todas ellas muy loables, legítimas y recomendables…. pero desde luego no altruistas, así que la contracorriente purista no tardará en decir que eso también lo hacen con fines comerciales, y se prohibirá también ser generoso o comunicarlo…

Además, a este paso, en el futuro se exigirá que la publicidad sólo muestre situaciones realistas, no intrusivas y transparentes; de forma que se evite cualquier situación engañosa u ofensiva con alguien por muy lejos que viva. Será obligatorio, por ejemplo, adaptar la publicidad de los coches para que no supongan una “evocación de una realidad distinta a la que el usuario tendrá si compra el vehículo”. Esto es, será obligatorio que el spot incluya escenas en atascos y un modelo cabreado dentro.

Si se recurre al humor, esa practica hipócrita de las marcas para generar empatía comercial (dirán ellos), deberá aparecer un subtítulo parpadeando avisando: Efecto publicitario: broma.

Deberemos avisar de que hacemos publicidad antes de hacerla, no sea que alguien denuncie que le hemos pillado desprevenido. Y deberemos poner cierres como los de productos farmacéuticos diciendo: “Escenas rodadas con modelos publicitarias maquilladas hasta ser irreconocibles. Uso de teleobjetivos para conseguir desenfoques estéticos. Consulte con su psicólogo si realmente necesita este producto antes de adquirirlo”.

En publicidad, a mí siempre me ha encantado la provocación. La provocación productiva, ingeniosa, visual o de significados, sutil, no burda, la sonrisa mental y los guiños. Así que como soy un rebelde indomable, un transgresor peligroso, hoy mismo pienso ver Dumbo con mi hija, aún a riesgo de ser condenado. Con dos frenadoles.

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