Tren con destino a Barcelona. Vamos ya por Guadalajara, pero hay quien aún no ha terminado de sentarse ni poner sus cosas. Rebequita, sacar el ordenador…
FILA 2 A y B: Siguen debatiendo si la parada de Zaragoza retrasa el viaje o si lo compensan en marcha, como hacen los aviones. El otro día uno de ellos se durmió en la oficina en una reunión. Marcos (no sabemos quién es) ha amenazado con irse si no le dejan acabar el proyecto porque, aunque el cliente sea un tocapelotas, cree que puede salvar su la esencia (creemos que el proyecto es de arquitectura).
FILA 3B: Parece que alguien está friendo un huevo, pero no, es un señor entrado en años que machaca el teclado como si siguiera usando su Olivetti. Lleva unos cascos Bose, que son anacrónicos en él, y por eso no sabe que su teclado es como una carraca.
FILA 8 (aprox): Ataque de tos. Pobre mujer, parece haberse atragantado. Parece que mejora.
FIAL 2 D: Justo delante de mí. Una chica joven hace scroll a la velocidad de un GenZ. Lo veo a través de los asientos. Hasta que con uno de sus dedos, con una uña como un mejillón de grande, para un video y oímos esa música fallida de flauta que toca la música de Titanic. Ella se da cuenta al tercer acorde de que debería silenciarlo porque FILA 2 A y B han dejado de hablar del proyecto y la miran fijamente desde hace unos segundos.
FILA 16: Al fondo, calculo fila 16, suena un móvil: «Hola? ¿Hola? ¿Sí? No te oigo —nosotros a él sí—. Es que voy en el ave, espera que salgo al pasillo». De camino hacia allí continúa informando a su interlocutor y al resto del vagón que no tenía pensado ir hoy, pero es por algo gordo, no tenía elección. «No sabes la movida ayer…» ( sale por la puerta corredera y nos quedamos sin saber la movida).
FILA 8 (aprox): No se había atragantado. Sigue tosiendo. A mí me parece más covid que aquella almendra de Fernando Simón. Mantiene una cadencia irregular de pequeñas toses que nos tienen a todos pendientes… Como cuando esperas las contracciones de un parto.
FILA 20 o superior: Alguien se levanta a coger algo de la maleta, pero se le cae un objeto de metal. Se levantan dos personas más a intentar ayudar. No alcanzo a ver muy bien qué está pasando, pero llevan un buen rato haciendo cosas. Sacan jerséis; suben maleta; bajan maleta.
FILA 4: Huele a comida. Alguien ha traído una tartera. No huele mal, la verdad, pero produce una extraña sensación de patio de vecinos con salida de humos. Aunque estemos a tres bajo cero, el aire no se renueva en el vagón.
FILA 8 (again): Sale hacia el pasillo tosiendo. La contracción parece más fuerte ahora. Lleva mascarilla. Yo estaba en lo cierto, no era una almendra. Cualquiera con mascarilla hoy es un presunto. El color rosa oscuro de su cara congestionada es un poema.
FILA 2 C y D (delante de mí): La chica tiene los mejillones pintados de varios colores y ahora habla con su copilota, a quien no veo pero si oigo alto y claro. El debate es una mezcla de cotilleo y terapia. Ella no cree que deba llamar a Juan, «tía, Juan no es legal… Mira qué mono estos widjbwiej (indescifrable) de Shein». Algo serio le pasa a una tal Juana, amiga de ambas, pero ella no cuenta nunca nada. He podido ver que los mejillones llevan, además, algún tipo de dibujo negro; creo que un dragón, pero no estoy seguro aun. Lo averiguaré.
FILA 2 A y B: Al pasar por Calatayud, A le dice a B que su primer proyecto grande fue en Calatayud. Se confirma que son de un estudio de arquitectura. «No sé si seguirá en pié aquella promoción, la hicimos con dos duros», se rien sonoramente. Se autocensuran.
FILA 3B: Ha dejado de freír huevos con el teclado. Ahora ronca.
ILOCALIZABLE: Apertura de latas varias. Tirurirus de móviles. Brotes de risas lejanas.
Me pongo mis cascos hasta el fin de trayecto. Esta es la enésima narración de un viaje en tren de alta velocidad. Lo único reseñable es que íbamos en el vagón del silencio.
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