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En el Ojo Ajeno: No eres tan perfecto, Don Perfecto…

Todos tenemos un amigo o amiga que es Don Perfecto o Doña Perfecta. Pero yo sé cómo desenmascararlos. Llevándoles al detalle. Porque todos somos imperfectos, instintivos, animales, cometemos pecados veniales que nos delatan. Así que ¡no eres tan perfecto, Don perfecto! (Dígase con tono de colegial).

Los Don Perfecto están como rodeados de un aura especial. Siempre van peinados, son educados, militan por las buenas causas, reciclan y siempre tienen una frase y un dato oportuno. Ya, pero sucumben a la tentación… Al menos a la microtentación.

¿Acaso son personas que no rebañan con el dedo la Nocilla cuando teóricamente ya se ha acabado? ¿Ni chupan el bote de leche condensada?  ¿Ni meten la lengua para ver si llegan al fondo del Petit Suisse?  ¿O acaso no beben a morro del tetrabrik cuando no hay nadie? Es imposible que así sea. Esos productos están pensados para sacar nuestra parte animal y hacer la guarrería.

¿Acaso vencen la tentación cuando van de paseo y encuentran una lata de Coca Cola en el suelo, erguida y desafiante? ¿Son los únicos que no tiran el penalty? ¿La recogen hasta encontrar una papelera? Imposible. Las latas están pensadas para ser chutadas, si no, no les habrían puesto ese sonido tan reconocible al rodar.

¿Y la letra pequeña del champú? Está ideada para que nos volvamos avestruces leyendo con la cabeza bien baja en el súper y así evitemos saludar al vecino plasta. O va a resultar que son de los que siempre saludan…

¿Acaso cuando van a salir de viaje no se desesperan en el coche mientras esperan que sus mujeres comprueben 4 veces si las ventanas están bien cerradas? ¿Y todo para qué? ¿Para ganarle 3 minutos al navegador? ¡El navegador no es un rival, es un aliado, Don Perfecto! Además, al final vais a ir mirando pueblo a pueblo en la Guía Repsol, que para eso existe. Somos hormiguitas.

¿No han roto nunca el capuchón de un Boli Bic? ¿No han robado los botecitos de un hotel nunca?…por favor.  Las marcas saben que somos malas personas y que tenemos instintos ocultos. Y puedo probarlo. Uno de las funciones más útiles y que me han hecho fan de la marca es la “llamada falsa” que tenía mi móvil Samsung. Cuando tenía a alguien enfrente de esos que hablan y hablan y te hipnotizan, bastaba meter, disimuladamente, la mano en el bolsillo, notar la tecla del volumen y presionarla dos segundos. Así sabía que a los 30» me sonaría una llamada falsa. “Sí, sí… Voy ahora mismo… Estoy llegando.” Perdona tengo que dejarte… Me llama Don Perfecto.

Imagen: Simpsons Trivia

Por Enrique Tellechea

Puedes seguir a Enrique Tellechea en @etellechea

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