Vale, las marcas tipo Cuéntame están a tope. Con esa cosa venial y entrañable que nos toca el pasado y nos ponen en modo “¿te acuerdas?”.
Pero como estamos en el siglo XXI y tenemos la memoria histórica a flor de piel, esta mañana (medio en serio medio en broma) estaba yo rumiando algunas cuestiones sobre aquellas entrañables marcas. Y que me perdonen los clásicos…
Yo lo siento por los nuevos dueños, pero en el subconsciente colectivo los SUGUS serán siempre de Suchard.
No nos engañemos, el mercado nunca asimiló que EXIN hiciera castillos y proyectores de cine a la vez.
Nadie jugaba a todos los juegos reunidos GEYPER y los trucos magia BORRAS eran un poco bluf.
La marca sí, pero la GRANJA DE SAN FRANCISCO, no existe ¿no?
No todas las flautas son HORNER y lo de limpiar las babas era un poco asqueroso.
El bote de MOUSSEL no es cómodo, resbala.
La NOCILLA tiene bastantes más cosas que leche, cacao, avellanas y azúcar, pero el ‘jingle’ no lo soportaría.
Todo el que oye la palabra GIOR repite enfermizamente la frasecita… sí esa.
La VESPINO era de chica.
En México no había tomate ORLANDO, y no se dice ‘guate’, sino ‘cuate’.
Nunca estuvo bien resuelto lo de los carriles de los TCR, los coches se quedaban en medio.
La gomina PATRICO era como llevar un casco.
Y de momento no rumio más…