Escribir terror es atrapar al público en nuestros miedos. Para esto hay una serie de técnicas que hará vívida la experiencia del terror.
El terror se asienta en lo cotidiano
Para asustar con pocas palabras tienes que decir en el Telediario «sube la factura de la luz» o «Bruselas obliga a España a rebajar los sueldos». Esto asusta a la mayoría de nosotros porque hay un contexto, una realidad. Los chistes son breves porque se ríen de cosas que conocemos, pero si escribes sobre una muñeca antigua asesina necesitas meter al lector en el mundo de los protagonistas/víctimas.
[pullquote]Cuando llega el monstruo, no es el monstruo el que te asusta, sino que sufra el personaje que te gusta.[/pullquote]
¿Has visto lo gordos que son los libros de Stephen King? Antes de que el monstruo aparezca, King ha descrito un pueblo y ha presentado a personajes con los que podemos identificarnos. Cuando llega el monstruo, no es el monstruo el que te asusta, sino que sufra el personaje que te gusta.
No necesitas escribir mil páginas, solo aquellas que necesite tu historia. Pero es probable que un microrrelato de terror no desvelará a quien lo lea.
Escribe sin pensar en lo corto o lo largo del relato. Sólo tienes que llevarnos de la tranquilidad a la inquietud.
Empieza la historia por un lugar. Luego por un personaje o una pareja o una familia. Gente normal que hace cosas normales. O al revés, empieza por los personajes. Pero no empieces por el monstruo.
No entrar a saco
No es bueno entrar a saco en el terror así:
❌ «Alicia no creía en fantasmas, pero aquella noche… »
❌ «Cuando su esposa murió, todo perdió sentido para él, hasta que…»
❌ «Mamá, mamá, he visto una sombra en el lago».
No hay que comenzar dando pistas sobre lo que tiene que asustarnos.
Mejor comienza con Alicia comiendo un helado en la calle, convierte la sombra del lago en una sombra en el cuarto de baño que se confunde con humedades, y muestra como el personaje ve morir a su mujer y se sume en la depresión antes de conocer el terror.
El terror se descubre, no viene dado
Tampoco comiences con una situación donde el terror forma parte de la rutina como aquí:
❌ «Hace un mes que escucho ruidos en el techo»
❌ «Dos semanas atrás, Julia era una chica alegre. Todo cambió cuando su novio le regaló aquel reloj antiguo».
❌ «Desde hace meses tengo la misma pesadilla cada noche».
El terror es descubrimiento: la primera vez de los ruidos, de la pesadilla o que sonó el reloj antiguo en medio de la noche (¡tira el reloj!).
Por lo mismo no comiences con castillos ni casas abandonadas ni un camping en el lago. Todo esto da pistas sobre lo que tiene que ocurrir. No asustas.
El entorno urbano es cada vez más inhóspito. El día a día lo es. Aquí hay monstruos.
No escribas sobre miedos antiguos
Fantasmas, criaturas en el armario, muñecas… ¿Usas estos temas porque crees que son temas de las historias de terror? Estos son miedos antiguos. Piensa quiénes son los monstruos en ‘La semilla del diablo’: el marido, el médico, los simpáticos vecinos… ¿Y en ‘El resplandor’? Un padre de familia que enloquece; los fantasmas son una propina.
[pullquote align=»right»]¿Qué es lo peor que podría pasarte AHORA? [/pullquote]
… Así que te sugiero: ¿Qué es lo peor que podría pasarte AHORA?
Piensa que estás rodeada de monstruos con la cara de tu padre, tu madre, tus amigos… Que te lo quieren quitar todo, que lo pierdes todo, que pierdes tu salud…
Escribe de los terrores actuales, no de lo que las personas tenían miedo hace doscientos años.
… Y olvida a los gatos y los armarios cerrados.
La técnica de ‘la inversión’
En el terror también funciona LA INVERSIÓN. Esto es que las personas sufren lo que hacen a los animales y a las máquinas. No digo que los animales y las máquinas se rebelen en tus historias porque está muy visto.
Pienso en cosas como esta: una persona abierta en canal y recibiendo un litro de limón en las tripas como si fuera una ostra viva (¿un cocinero que asesina a un cliente insatisfecho?).
La técnica de ‘¿Y si…?’
También funciona ¿Y si…? Por ejemplo, piensa en la gente enganchada al móvil. ¿Y si con el tiempo los smartphones acaban eligiendo y desechando a los usuarios?
… Así que olvida las habitaciones de hotel, las casas abandonadas, las gasolineras en la nada… Tú no quieres contar lo mismo que los demás, ¿verdad?
El terror no es una frase de cierre
Algunos relatos breves pecan de concluir con una frase abrupta, pero la sorpresa no basta para crear terror.
Por esto, si el relato es tibio no tendrán efecto frases epatantes como:
❌ «A la mañana siguiente, los padres encontraron un charco de sangre en la habitación del niño»
❌ «A la mañana siguiente, encontraron el cuerpo de Elena, pero no su cabeza».
❌ «Lo último que sintió fue las mandíbulas de la desconocida criatura desgarrándole el cuello».
… Estas frases con las que cierras algunos relatos, ¿crees que hacen un relato de terror? Parece que quieres cerrar el texto de cualquier manera. ¡Oh, sorpresa!
El terror no está en que describas una habitación, digas que hay ruidos en el techo y acabar con «a la mañana siguiente…» Esto es una salida fácil.
El terror está en la experiencia de los personajes en esa habitación.
‘No’ a las frases gastadas
Destierra «este relato está basado en hechos reales», porque eso no hará que me asuste. Es una frase gastada y un truco barato, ¿no te parece?
Otras frases gastadas son:
❌ «Aquella tarde el cielo estaba enojado».
❌ «El pasillo estaba oscuro como boca de lobo».
❌ «De repente una sombra pasó por su lado».
Si una frase te suena conocida, cámbiala. Pero, ojo…
‘No’ a las ‘palabras raras’
… No uses palabras raras. El terror no admite interrupciones, y las palabras raras o poco frecuentes obligan al público a coger el diccionario o a repensar y cortan el puntito.
El terror tampoco está en las metáforas rebuscadas «Sube la factura de la luz», lo entiende todo el mundo. Nadie pensará que no sabes escribir por usar palabras sencillas.
Las erratas nos sacan del terror
Cuidado con los errores ortográficos: cortan el puntito como los anuncios.