Habían reservado aquella mañana tal y como les habían pedido. Lynn Court, la graffitera brasileña también conocida como Nóia, y el ilustrador David Acevedo no habían coincidido nunca antes. Ese día, lo único que sabían es que ella tenía que realizar un graffiti y David una ilustración digital, y que iban a ser grabados en time lapse.
Minutos antes de empezar les explicaron de qué iba la pieza y en qué consistía su cometido: «Tan solo les pedimos que disfrutaran y que se dejaran llevar desde los extremos hasta el centro con su estilo, con su habitual forma de expresión, para acabar cerrando con un mensaje: ‘Nice to meet you’».
El experimento #6 de Herraiz Soto & Co había funcionado. «Experimentar es como viajar. Nunca vuelves como te fuiste. Cambias. Tu forma de pensar, de entender las cosas, de imaginarte las nuevas, de renovar energía, de buenos propósitos y quizás y con un poco de suerte, de nuevas ideas».
El símil viajero lo utiliza Victor Sarrià para explicar lo que significan acciones como esta para su agencia: «Nos ayudan a parar en medio de múltiples proyectos para clientes y mirar de lejos, juntar cabezas del equipo que normalmente no se juntan, ver qué surge, utilizar nuestros recursos, conocer otros nuevos, en fin, parar para arrancar con fuerza».
Creen que los experimentos son mezclas de cosas que a la naturaleza no se le ocurrió juntar con anterioridad («así surgió el gin-tonic, las guitarras eléctricas o los patinetes») y por eso decidieron unir dos ámbitos llamados, a priori, a vivir ajenos el uno del otro: lo digital y lo analógico.
«Lynn Court apareció en nuestras vidas hace unos meses y después de la primera conversación ya le propusimos hacer algo juntos.David, por su parte, forma parte del equipo de la agencia y le admiramos. Se pusieron a trabajar sin que el uno supiese lo que estaba haciendo el otro. Y como es un experimento, nada es perfecto. Afortunadamente».
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