Los emoticonos de «me entristece» y «me enoja» de Facebook tienen significados confusos. Son ejemplos contra la gastada frase: «Una imagen vale más que mil palabras».
El enigma del vestido azul y negro/blanco dorado fue resuelto con una explicación científica («palabras, palabras, palabras»). Demuestra que una imagen está sujeta a tantas interpretaciones como observadores.
Borja Ventura escribió un artículo esclarecedor: Fotografías que mienten (sin estar retocadas) que muestra que fotografías recortadas influyen en la apreciación que el lector de periódicos hace de la realidad. Más recientemente, Gema Lozano escribió Lo que no se ve del postureo en Instagram sobre el proyecto de la fotógrafa Chompoo Baritone, que ironiza de la realidad paralela de Instagram.
Además de confusa o engañosa, en más de una ocasión una imagen puede tener menor fuerza dramática o expresiva que mil palabras. Si el presupuesto permite varias localizaciones sin problema, los guionistas y directores de cine pueden discutir horas sobre mantener un parlamento largo o sustituir una parte por un flashback. En el debate se habla de economía narrativa, de estética, y de ideología de la historia. Un ejemplo es el relato de Clarice (Jodie Foster) en El silencio de los corderos de cómo quiso salvar a un cordero:
CLARICE
Primero intenté liberarlos. Abrí la puerta, pero
no quisieron correr. Se quedaron allí parados,
confusos. No quisieron correr.
LECTER
Pero tú podías y lo hiciste, ¿verdad?
CLARICE
Sí. Me llevé un cordero y huí lo más rápido que pude.
LECTER
¿Adónde ibas, Clarice?
CLARICE
No lo sé. No tenía comida ni agua y hacía mucho frío,
muchísimo frío. Quería salvar aunque fuera a uno,
pero pesaba mucho. Sólo había ido unos cuantos km
cuando el alguacil me recogió. El ranchero estaba tan
enojado que me mandó a vivir al orfanato luterano. No
volví a ver la finca.
LECTER
¿Qué fue de tu cordero, Clarice?
CLARICE
Lo mataron.
El director Jonathan Demme tenía previsto sustituir las palabras de Jodie Foster por un flashback de una Clarice niña. Pero con buen criterio, el director consideró que la escena con el cristal entre Clarice y Hannibal Lecter tenía una poderosa carga dramática (las miradas, el ambiente claustrofóbico). La fuerza se hubiera diluido con las imágenes del pasado. Una vez más, un montón de palabras tienen más fuerza que un puñado de imágenes.
Los emoticonos de «me entristece» y «me enoja» de Facebook tienen significados confusos. En ciertos casos no hay dudas como las respuestas al estado de Facebook de abajo:
«Me entristece» expresa solidaridad por la señora embargada. «Me enoja» expresa ira contra Rato. Pero hay artículos donde no están claros los emoticonos escogidos por los lectores.
Me confunde un «me entristece» en uno de mis artículos sobre televisión. ¿Le gustó el artículo al lector y le entristece la situación que describo? (Una situación que carece de drama). ¿O el lector desaprueba mi trabajo con la lágrima? Planteé la cuestión a mi familia:
—No le gusta tu artículo —dicen unos.
—Piensa como tú —dicen otros— y le pone triste el tema.
La duda me ha tentado a contactar con el lector para que me aclare su lágrima. Pero no quise que me tomara por un tipo raro o peligroso. Me temo que los «me entristece» y «me enoja» deben interpretarse en contexto como las palabras pitufas.