«Yo soy porque nosotros somos». Una frase simple pero capaz de capturar la esencia de la filosofía ubuntu. Enraizado en las culturas africanas,el concepto ubuntu enfatiza la interconexión, la empatía y la humanidad compartida. En un mundo cada vez más individualista y competitivo, hay quien se ha interesado e incluso abrazado el espíritu ubuntu con el objetivo de transformar profundamente la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno laboral.
El término proviene de las lenguas bantúes de África meridional y se traduce como «humanidad hacia otros» o «yo soy porque nosotros somos». Esta filosofía ancestral sostiene que nuestra identidad y nuestro bienestar están intrínsecamente ligados a toda nuestra comunidad. En otras palabras, solo podemos realizarnos plenamente a través de nuestras relaciones con los demás.
El concepto de ubuntu ganó relevancia mundial gracias al arzobispo Desmond Tutu, quien lo utilizó como base para promover la reconciliación y la unidad en Sudáfrica después del apartheid. Según Tutu, «Una persona con ubuntu está abierta y disponible para los demás, los respalda, no se siente amenazada cuando otros son capaces y buenos porque está segura de sí misma, ya que sabe que pertenece a una gran totalidad»,
En el plano personal, poner en práctica la filosofía ubuntu consiste en algo tan sencillo como:
«Ubuntu no significa que la gente no se preocupe de su progreso personal. La cuestión es: ¿mi progreso personal es también el progreso de mi comunidad?» – Nelson Mandela.
Y en lo que respecta al ámbito profesional, más de lo mismo:
«En el espíritu de ubuntu, la apertura, la disponibilidad, el ser generoso, el querer aprender del otro se convierte en una vocación en el mundo de los negocios» – Reuel Khoza, empresario sudafricano.
Abrazar la filosofía ubuntu en un mundo que a menudo prioriza el individualismo y la competencia puede resultar todo un reto. Uno de los principales obstáculos son precisamente todas esas personas que no comprenden o no valoran este enfoque, o que intentan aprovecharse de la generosidad de quien sí cree en el espíritu ubuntu. Sin embargo, es importante recordar que vivir bajo esta filosofía no significa descuidar las propias necesidades.
Como dice el proverbio africano, «si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado». Esto es, para practicar el ubuntu es necesario armarse de paciencia y creer en el bienestar colectivo como nuestro propio bienestar. Al cultivar relaciones auténticas, la empatía y un sentido de propósito compartido, también encontramos un mayor sentido de pertenencia y realización personal.
«Entonces, si mi humanidad está atada a tu humanidad, en todo lo que hago debo considerar lo que eso le hace a otra persona» –Pumla Gobodo-Madikizela, psicóloga y autora sudafricana
La interconexión que propugna el ubuntu está también implícito en otras prácticas tales como:
En un planeta cada vez más interconectado y enfrentado a desafíos globales complejos, la filosofía ubuntu considera que nuestro destino está entrelazado con el de toda la humanidad y con el de la tierra misma. De ahí que quienes siguen estas prácticas lo hacen no solo para tratar de transformarse a sí mismos, sino que también para contribuir a crear un mundo más compasivo, inclusivo y sostenible.
Como dijo el arzobispo Desmond Tutu, «no puedes ser humano todo por ti mismo, y cuando tienes esta cualidad eres conocido por tu generosidad».
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