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Los frailes españoles que se adelantaron a la NSA

La Agencia Nacional de Seguridad de EE UU (NSA) ha escandalizado al mundo con sus sofisticados sistemas de espionaje. Hasta los SMS pasan bajo su lupa. Pero este organismo no ha inventado nada. El espionaje y las malas artes de husmear en asuntos ajenos son tan remotos como el origen del hombre.

El entramado fisgón de la NSA es, ciertamente, de una complejidad admirable. Pero en realidad no es más que el sistema más avanzado en técnica y alcance de la historia de la humanidad. Los antecedentes se encuentran en cualquier rincón del mundo y en cualquier época.

EE UU ha llegado más lejos con sus servicios de vigilancia pero no se adelantó a España. Hubo una época en la que los dos países iban a la par. Mientras el Congreso del país norteamericano establecía crear una unidad dedicada a interceptar información llamada Cipher Bureau and Military Intelligence Branch, Section 8, que más tarde se convertiría en la NSA, en España, unos frailes zaragozanos probaban su propio sistema de espionaje.

Los estadounidenses habían declarado la guerra a Alemania tres semanas antes. En España, la crisis de 1917 había revuelto la cuestión política y social del país, y el monarca, Alfonso XIII, había promovido un gobierno de concentración nacional presidido por el liberal García Prieto.

El diario El Sol publicó una noticia el lunes 25 de enero de 1918 titulada Un suceso extraño y en el subtítulo explicaba el por qué de la rareza: Desde un colegio de frailes hacen una derivación telefónica que permite sorprender todas las noticias oficiales. El artículo reproducía lo que publicó el Diario de Avisos, de Zaragoza, para ampliar una noticia que el corresponsal de El Sol ya había adelantado por telégrafo desde esa ciudad.

Ocurrió así…

«En el Gobierno civil se nos han facilitado informes acerca de un descubrimiento hecho recientemente. Como el esclarecimiento de la verdad corresponde al Juzgado, que ya está en funciones, nos limitamos a reproducir los informes facilitados, sin que demos ni restemos importancia al suceso, que puede muy bien no tenerla.

En el Gobierno Civil hay montada una línea telefónica especial. Es la del teléfono oficial, el hilo que funciona directamente con el Gobierno.

El personal de la red telefónica realiza todas las mañanas pruebas, haciendo llamadas al Gobierno civil, para comprobar si la línea funciona normalmente.

En la última prueba verificada, el teléfono no funcionaba bien. No sonaba el timbre. En vista de ello, el capataz Macario Marrón fue a inspeccionar la línea.

Examinó los hilos que van sobre el tejado del Gobierno civil y cruzan sobre el edificio contiguo, ocupado por los frailes Corazonistas. En este sitio, el capataz descubrió un hilo que le llamó la atención.

Tiró de él y vio que se trataba de un hilo de cobre, mediante el cual quedaba establecida una perfecta derivación de la línea telefónica del Estado con uno de los desvanes del colegio.

El capataz cortó la comunicación y dio aviso al director del Centro telefónico. Además del hilo, el capataz halló en el desván una instalación de hilos y un condensador.

Enterado el gobernador, solicitó del Juzgado de guardia, que era el del Pilar, un mandamiento judicial para verificar registros.

Obtenido el mandamiento, el jefe de Policía, Sr. Aparicio, en compañía de los oficiales de Telégrafos señores Riera, Tolosana y Sigüenza, más el capataz, procedió a practicar los registros.

Recibidos por el director del colegio, no negó el hecho descubierto. Afirmó que la derivación no tenía trascendencia; su objeto era realizar unos experimentos científicos, estudiando las corrientes eléctricas.

Dijo que en cuanto advirtió que la comunicación había sido cortada, supuso que se practicaría algún registro, y retiró el condensador, aparato que presentó al jefe de Policía.

Hubo una animada discusión entre el personal técnico y el director del colegio acerca de los fines de la instalación descubierta.

Encontróse en el registro una instalación de hilo, disimulada en la pared, con poleas grandes y pequeñas.

Todo fue recogido y enviado al Juzgado de guardia con el correspondiente atestado. Y después de esto, que es todo lo que oficialmente se conoce, el Juzgado tiene la palabra».

Imagen de portada: Logo de la EFF contra el espionaje de la NSA. De Wikimedia.org reproducido bajo licencia CC.

Por Mar Abad

Periodista. ✎ Cofundadora de la revista Yorokobu y de la empresa de contenidos Brands and Roses (ahí hasta julio de 2020).

Libros.  Autora de Antiguas pero modernas (Libros del K.O., 2019). «No es una serie de biografías de mujeres; es una visión más vívida, más locuaz y más bastarda de la historia de España». Lo comentamos en El Milenarismo.

Autora de El folletín ilustrado junto a Buba Viedma. Lo presentan en Mundo Babel (Radio3) y en Las piernas no son del cuerpo, con Juan Luis Cano (Onda Melodía).

Autora de De estraperlo a #postureo (editorial Larousse, 2017). Un libro sobre palabras que definen a cada generación y una mirada a la historia reciente desde el lenguaje. Hablamos de él en Hoy empieza todo (Radio3), XTRA!, La aventura del Saber (La2).

Autora junto a Mario Tascón del libro Twittergrafíael arte de la nueva escritura (Catarata, 2011).

Laureles. ♧ Premio Don Quijote de Periodismo 2020. Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes 2019, Premio Internacional de Periodismo Colombine 2018, Premio de Periodismo Accenture 2017, en la categoría de innovación.

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