Puede que aparentemente no sea la silla más cómoda del mundo, pero te gusta. Ocurre lo mismo con esa extraña lámpara, que, a fuerza de ser simple en su diseño, no puedes dejar de darle vueltas y observarla. Y con ese perchero casi plano. O ese tirachinas tan difícil y tan sencillo al mismo tiempo.
Los muebles que crea el artista chileno Francisco Jordán simplemente con tubos de metal son tan atractivos como divertidos. Ya lo dice su nombre: Fun Furniture For Friends, y eso es lo que te provocan, una sonrisa.
Jordán no busca innovar en el mundo del mueble. Para él, este proyecto es un juego, un ejercicio creativo. Nacido en Chile y afincado en Madrid, divide su tiempo, según cuenta, entre la ilustración y FFFF. «Gran parte de mi experiencia está relacionada con la autoedición de libros y fanzines de dibujo, sin embargo, la idea de fabricar lo dibujado (y viceversa) no es algo nuevo».
Ya lo hizo con Don Juanito (2009-2013), cuando construyó a escala humana varios personajes de sus dibujos y los expuso en instalaciones en el espacio público a modo de reality comic. También con Figuras Púbicas (2010-2016), «una juguetería de piezas únicas muy influenciada por cómo dibujaba (improvisando), y lo que dibujaba en ese entonces (animales y personajes)». E invitó al público a ejercitar su capacidad de crear relatos a partir de la interpretación libre de ciertas imágenes con su juego de cartas Tarot para niños de 0 a 99 años (2020).
«Dicho de otra forma, mi trabajo estaba orientado principalmente a la experimentación con narrativas en diferentes formatos: libros, fanzines, fotos, vídeos, juegos e instalaciones».
FFFF tiene su origen en un proyecto de diseño y construcción de equipamiento urbano para facilitar el uso de la bicicleta que inició en su Chile natal en 2014. «Ahí tuve mi primera curvadora de tubos y aprendí a trabajar con metal», recuerda.
Poco a poco, la ilustración (con la publicación de cómics y fanzines) y el diseño dejaron de caminar en paralelo para acabar uniéndose, hasta que en 2021 montó, ya instalado en Madrid, un taller para construir algunos de sus dibujos con tubos de metal.
«El resultado de ese proceso de aprendizaje y experimentación es Fun Furniture For Friends, una serie incremental de objetos que incluye muebles, pero también animales, pipas, palos de escoba y lo que me vaya surgiendo», concluye.
«Cuando diseño, lo primero que hago es definir pies forzados que me divierten, por ejemplo: fabricar una serie de objetos utilizando siempre el mismo tubo de metal y el mismo radio de curva. Esas directrices son las que determinan en gran parte el espíritu de mis proyectos», explica el artista.
«Una vez que tengo claras las reglas del juego comienzo a producir dejando espacio a las ocurrencias y los errores. Mi intención es integrar diseño y fabricación en un proceso fluido, con cuidado en la técnica, pero más cerca de la improvisación y el humor que de las planimetrías y la gestión de proveedores».
El resultado son muebles y objetos tremendamente minimalistas, que recuerdan, por sus colores y el material utilizado, a aquellos viejos pupitres verdes de los colegios y a los columpios de antaño. «Cuando partí con la idea de mueble, lo primero que hice fue construir una silla de instituto alargada y una aplastada. Además del parentesco en los materiales, me parecía gracioso deformar y sacar de contexto un objeto que se asocia al aprendizaje normativo», aclara.
Lo que atrae a Jordán de esas formas tan sencillas es «operar con autonomía y economía de medios y eso tiene consecuencias estéticas», explica. «Por ejemplo, en FFFF, al dibujar con una curvadora de tubos, estoy obligado a ser más sintético y directo, pero también a ser más ingenioso. Creo que la fotaleza de FFFF radica justamente en tomar ventaja de su propio formato y restricciones materiales para ofrecer una serie de objetos coherente de estilo, y a la vez, libre y divertida».
Pero lo que realmente le divierte de este proyecto es el aspecto lúdico y no el práctico. «Me interesa el juego porque te empuja a operar de manera más fluida e intuitiva y eso repercute en la expresión de los objetos», corrobora.
«A su vez, la expresión determina la función narrativo-emocional de un objeto y a mí me interesa mucho este lado. Por otra parte, creo que una lámpara se tiene que encender y que una silla es para sentarse. En FFFF lo que hago es escuchar ambas partes y a ninguna hago caso del todo».
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