El veinticuatro de julio de 1985, hace treinta años, se estrenó en España este hito del pop y uno de los iconos más exhumados y resucitados de la historia del cine. Mientras escribo, me vienen flashes a la cabeza, imágenes: Mickey, Gordi, Bocazas, Data, Brand, Andy y Stef huyendo de los Fratelli mientras suena Jailbreak, tema principal de la peli compuesto por David Grusin, quien, años atrás, había sido el artífice de scores de films míticos como Tootsie o El graduado.
Por desgracia, la partitura de Grusin se vio prácticamente condenada al olvido por culpa de The Goonies ‘R’ Good Enough, el track que terminó de catapultar a la cantante Cindy Lauper en los años ochenta.
Poltergeist, Regreso al futuro, Los Gremlins y Los Goonies. Todas podrían pasar por películas de Spielberg, pero no lo son. Sí, si hablamos desde el punto de vista de la producción; no, desde el punto de vista de la dirección, responsabilidad que cayó en las manos de Hopper, Zemeckis, Dante y Donner.
Este último fue quien, gracias en parte a La Profecía y a Superman, credenciales más que suficientes para ganarse la confianza de El Rey Midas de Hollywood, pudo dirigir un proyecto basado en una historia del propio Spielberg y a su vez en un guion de Chris Columbus, director de Solo en casa y de las dos primeras partes de Harry Potter. Tres tótems del mainstream, tres maestros del blockbuster creadores de un puñado de recuerdos indelebles al subconsciente colectivo de al menos un par de generaciones.
Muchos de esos treintañeros que un día quisieron ir en busca del tesoro de Willy el tuerto están convencidos de que cualquier parecido con la realidad no es sino una burda imitación, pero yo siempre he sido de los que piensan que Tito, Pancho, Desi, Javi, Piraña y el resto de la pandilla de Verano azul podrían haber sido perfectamente unos más que dignos Goonies, The Spanish Goonies.
No es tan descabellado, piénsalo un momento. Cambia a Gordi por Piraña, el barco pirata por La Dorada y los Muelles de Goon por Nerja, ¿al final qué tienes? A un grupo de chicos al estilo Enid Blynton en una ciudad costera y con ganas de aventuras. Contextualizado, las diferencias son mínimas.
Hay visitas programadas a las localizaciones, se leen fragmentos del guion e incluso se intenta batir el record de supermeneos. Un acto freak de divertida y dulce decadencia en el que, entre otras cosas, se firman los viejos pósters de Drew Struzan, alguien le comenta a alguien si ha visto The Poonies, la versión porno de la película, se intercambian figuritas Mezco Toys y vuelve a ponerse sobre la mesa la posibilidad de volver a seguir los pasos de Chester Copperpot y rodar aquel viejo e imposible proyecto titulado The Goonies 2.
DATOS DE LOS GOONIES QUE QUIZÁ NO SABÍAS
–La galería Nucleus organizó una muestra colectiva de dibujos inspirados en Los Goonies para celebrar su 30 aniversario. Puedes verlos todos aquí.
–Cuando Sloth está viendo El halcón del mar, de Michael Curtiz, la música que suena es la que compuso Max Steiner para El burlador de Castilla. Y cuando los chicos descubren el túnel en la guarida de los Fratelli suenan como fondo las notas que Elmer Bernstein hizo para La gran evasión, de Sturges.
–El póster más famoso de la película fue realizado por Drew Struzan, un prestigioso dibujante. Muestra a los protagonistas colgando de una estalactita. El ilustrador realizó hasta siete versiones distintas variando la posición de los actores.
–También tiene su versión porno, The Poonies, musical.
–Spielberg es un fan confeso de James Bond y suele homenajearlo en algunas de las películas en las que está implicado. En el caso de Los Goonies, esa referencia aparece en el 007 del cinturón de Data. Los cachivaches, artilugios y mecanismos que utiliza el personaje en la película también son un guiño al espía británico.
–Sloth, el terrible pero entrañable gigantón de la película, estaba interpretado por John Matuszak, quien había sido jugador de fútbol profesional y tenía un pasado como defensa en el equipo de los Oakland Riders. Se retiró por varias lesiones, algunas de las cuales volvieron a molestarle durante el rodaje. Parte de los balbuceos y expresiones de Sloth provienen de esas lesiones.
–Durante el rodaje de la escena en el barco de Willy el tuerto, varios de los actores no dejaban de repetir la expresión «Holy shit!» (¡H*****a p**a!). Se vieron obligados a repetir varias veces la escena para que no aparecieran palabrotas que perjudicaran en la valoración final de la película cuando llegara a las salas. En la versión original, durante esa escena en la que aparecen rocas cayendo del techo, el personaje de Data grita: «Holy S-H-I-T», deletreando la palabra final, porque su madre le hizo prometer antes del rodaje que no usaría ninguna palabrota en el largometraje.
–En 2010, el alcalde de la localidad de Oregon, donde se filmó la película, Astoria, declaró el 7 de junio (fecha del estreno estadounidense) como el día de Los Goonies. En la actualidad se puede realizar un recorrido turístico por algunas de las casas y los enclaves de la película. Goonies, post Goonies y fans se juntan de nuevo.