Hace mucho, mucho tiempo, los brokers, traders, economistas y otras personas de similar pelaje se calzaron el traje y asentaron sus bases de operaciones en lugares como la City londinense, Wall Street o el Distrito Central de Hong Kong. Sus comportamientos, sus métodos de actuación vendrían dados por la tradición capitalista, por el sistema económico que ha impuesto su hegemonía desde hace algunos siglos.
Los intentos por derribar el castillo del capital han sido tantos como infructuosos y el último se desencadenó con un movimiento global que aunó las protestas del 15 de mayo de 2011 en la Puerta del Sol, en Madrid; Primaveras Árabes y jaranas como Occupy Wall Street, entre otras manifestaciones. Allí, en pleno meollo financiero de los Estados Unidos, el activista anticonsumismo Kalle Lasn y el editor Micah White se apoyaron en una red global de seres inquietos para plantar la semilla de la disidencia.
El plan va más allá. Alrededor de Adbusters, la contestataria revista que manejan Lasn y White se ha promovido todo un cuerpo de ideología, conocimiento y activismo que tiene el objetivo de conseguir un mundo socialmente más justo. La punta de lanza es el proyecto Kick it over (¡Túmbala!), una iniciativa cuyo objetivo es acabar con la economía neoclásica y que ahora presenta el libro de gran formato Guerra de Memes.
José Manuel Rey es el responsable de Edge, una editorial que se autodefine como «distópica y dedicada a la publicación interdimensional de juegos y libros que desafían la realidad». Sin embargo, esta vez, y a través de Interzone Industries, Rey se ha decidido a dejar de lado la fantasía y editar en castellano la obra de Kalle Lasn y Adbusters.
[pullquote]El volumen es un mamotreto visualmente impactante que tira de la agresividad estética de la cultura del meme[/pullquote]
Rey explica que Guerra de Memes «es un libro de texto para el futuro. El libro de notas del economista rebelde que será quien tenga en sus manos el empezar a cambiar la economía. El manual que hará que el profesorado del futuro comience sus clases con un minuto de silencio. Asimismo, es una obra de interés para todo ciudadano descontento sobre cómo la sociedad moderna trata a sus miembros y al planeta del que depende», explica.
El volumen es un mamotreto visualmente impactante que tira de la agresividad estética de la cultura del meme, de un desafío gráfico constante para hacer llegar los mensajes propagandísticos con la efectividad de un uppercut en la mandíbula.
Más allá del discurso que sirve como cimiento a toda la propuesta, José Manuel Rey dice que el libro pretende aprovechar las claves de la publicidad para que los mensajes trasciendan. «Con una imagen no se pueden transmitir discursos complejos o profundos, aunque una imagen pueda incluso transmitir un sentimiento. Con una imagen se puede hacer pensar, se puede remover una conciencia, se puede hacer despertar a alguien cuyo transcurrir mental esté adormecido y hasta se puede ayudar a reordenar una escala de valores», asegura.
De la base teórica, de los textos, se ocupa una selecta multitud de autores escépticos con el actual orden mundial como los economistas Joseph Stiglitz, Lourdes Benería o Manfred Max-Neef, el ensayista John Ralston Saul o la escritora Margaret Atwood.
El desafío intelectual de Guerra de Memes se plantea desde antes de empezar, desde la ficha técnica del volumen en la que se despliega el lenguaje como un campo de batalla más. El libro se pasa por el forro las disposiciones académicas y utiliza el género femenino como inclusivo y reivindicativo de una realidad discriminatoria para las mujeres.
Los editores explican que «la exclusión de las mujeres en el lenguaje genérico no es un accidente. […] El libro está escrito mayormente en femenino. Somos conscientes de que escribir de esta manera no elimina este hecho pero sí sirve para evidenciarlo».
A partir de ahí, se proponen cuestiones como la resistencia de la economía al cambio, las dudas acerca del continuo crecimiento de la economía como solución a las crisis, el ingente consumo de recursos necesario para que ese crecimiento se siga dando, su humanización o aspectos sociales y medioambientales que deberían ir emparejados con el debate económico.
La edición de este libro en España responde al propio anhelo de José Manuel Rey y su equipo en Interzone Industries. Conocieron la versión original en inglés y se lanzaron a por ella. «Nos había cautivado el impacto visual que aglomeraba, pero también el mensaje que desprendía. ¡Las transacciones especulativas financieras suman una cifra 50 veces superior a la suma de todos los intercambios comerciales en el mundo! Cualquier persona tiene que poder darse cuenta de que la economía mundial no está al servicio de las personas», cuenta el sevillano.
La posibilidad de editar un trabajo similar más centrado en la realidad española es algo que han estado barajando en Interzone Industries. «Es algo que hemos hablado para 2016, aunque también existen otras opciones muy interesantes, algunas de ellas directamente relacionadas también con Adbusters, y que nos atraen por su carácter global», señala el editor. En estos tiempos convulsos para la disidencia política, la misión no está precisamente exenta de peligro y compromiso.