Categorías
Branded content

‘Urban Style’, reivindicar lo que eres vistiendo como te dé la gana

En este mundo se puede carecer de todo menos de personalidad. Hay que dejar muy clarito que ahí estás tú, con tus aciertos y tus errores, pero sirviendo sin complejos, demostrando lo que te gusta y lo que no.

Algo que te gusta: la música, sobre todo, la música urbana, como la que hacen Aitana, Cali y el Dandee, Maria Escarmiento, Quevedo, Myke Towers y tantos otros y otras artistazos de este género. Algo que te gusta más: su look, su estilazo, su outfit y todo lo relacionado con esta movida.

Para lo primero, ahí estaba el BIGSOUND, el mejor festival de música urbana de España, que se celebró en Valencia los días 28 y 29 de junio, y donde actuaron todos esos artistas de arriba junto con otros muchos del mismo nivelón. Y pegadito a él como dos siameses, y a la cultura urbana en general, iba Havana Club, que estuvo presente con un estand de acceso libre donde los asistentes tenían de todo: mojitos (por supuesto), un set de estilismo para cutomizar tu look y un photocall para lucirse.

¿Qué me pongo?

¿Pero en qué consiste eso del estilo urbano? Pues, básicamente, en lo que a ti te dé la gana ponerte. Porque en el urban style no mandan ni los diseñadores ni los creadores de moda, sino los usuarios. La ropa es el canal mediante el que expresar la personalidad y la forma de entender el mundo y la vida, de ahí que no siga unas reglas concretas y sea tan personal y cercano al gusto de cada cual.

Si la sociedad es diversa, también lo es la forma en la que se viste, y eso es lo realmente atractivo de este estilo. De ahí que sean los usuarios quienes inspiren a los diseñadores y estilistas, y no al revés.

El germen del urban style se sitúa en las calles de Nueva York de 1950, un momento en el que la cultura juvenil estaba en su máximo esplendor. Referentes como James Dean cambiaron la forma de vestir de toda una generación, que alzó la voz para dejar de seguir a la masa. Pero fue a partir de los 60, los 70 y los 80 cuando esa juventud empezó a expresarse con mayor rotundidad a través de la ropa, los peinados y el maquillaje. En estas décadas nacieron el punk y el grunge, rebelándose ante la industria de la moda convencional. Y a partir de ahí, el estilo urbano ha evolucionado de diferentes maneras: desde el estilo hip-hop hasta la estética minimalista de los 90.

Hoy se puede decir que el urban style sigue enfocado en destacar la individualidad y la autoexpresión por encima de todo, pero ha evolucionado hacia la sostenibilidad y la moda ética. Además, ha fusionado estilos como el grunge, el vintage y el punk.

La máxima de este estilo es la comodidad y la funcionalidad. Normalmente, se prefiere ropa para usar a diario, muy casual. Las reinas son las zapatillas deportivas, los pantalones anchos y las camisetas oversize y el estilo tomado del hip-hop y del mundo del skate. Sombreros y gorras son los complementos más usados, así como las gafas de sol y las mochilas, combinados con ropa holgada, parches, estampados y bordados, además del uso de materiales como el denim, el cuero y el algodón.

De (pelos) locos

Pero si la ropa es una manera de marcar estilo y expresar la propia personalidad, el pelo lo es mucho más.

Entre ellos, triunfan tanto el pelo largo como el corto, con estilos como el mulet, los fade o degradados, los cortes con capas desconectadas y diferentes largos, el eboy (con raya al medio y flequillo cortina), los rapados y tantos otros.

Para ellas, las trenzas (de raíz, bubble, múltiples…) y las coletas siguen siendo un must, sobre todo si se acude a un festival, por lo cómodos y lo frescos que resultan estos peinados. También los moñitos noventeros, los tintes que se van en un par de lavados y los abalorios en el pelo (desde cuentas con brilli-brilli, horquillas y lo que se tercie).

En el estand de Havana Club del BIGSOUND hubo cultura urban de la buena y abundante. Allí, sus estilistas customizaron los peinados de quienes se pasaron para adaptar su outfit al mood del festival. Y para hacer más llevadera la cola, esperaron tomándose uno de los mojitos que preparaban sus cocteleros en la barra montada para esa ocasión. Al terminar, con su look ya creado, los visitantes se hicieron una foto en el photocall de la marca. Quienes, además, la subieron a sus redes se llevaron un regalo.

¡No hay nada como ir sirviendo!

Salir de la versión móvil