Pensábamos que en lo más alto del cielo residía la autoridad total. Pero la bola del mundo no reparte el poder así. En realidad, los que deciden son los que pisan firme. Los que disponen si su dios es Batman, Buda o Marte son los terrícolas. Ellos son quienes construyen y derriban a las deidades, los que matan y resucitan dioses atendiendo, a menudo, a la estética, la literatura y las modas.
Hace más de 2000 años en la Antigua Grecia intentaron explicar el origen y funcionamiento del mundo mediante mitos y leyendas protagonizadas por un puñado de dioses. Hesíodo contó en su Teogonía (Origen de los dioses) que, al principio, era el caos y el vacío profundo. Pero un día surgió Gea (la Tierra) y Tártaro (el abismo). El mundo se llenó de una legión de dioses que representaban el amor (Eros), la guerra (Ares), el mar y las tormentas (Poseidón), la luz (Apolo) o la locura y el éxtasis (Dionisio).
Zeus era el padre de todos (dioses y humanos) y gobernaba desde el monte Olimpo. El todopoderoso bajó millones de veces a la Tierra en forma de escultura, pintura y relato literario. Por eso lo conocemos hoy. A él y a sus muchísimos hijos. Ellos fueron los jefes hasta que los romanos impusieron a sus nuevos dioses. Y así fueron llegando unos y otros hasta que hoy, en un lugar de Barcelona llamado Hey Studio, tres diseñadores gráficos sintieron añoranza de esos lejanos griegos.
[pullquote]“Trabajamos en vector. Todos los personajes están basados en una misma retícula. Todos tienen un mismo cuerpo rectangular y luego vamos jugando con las geometrías para añadirles los detalles”[/pullquote]
Empezaron a dibujarlos hace casi un año pero no los sacaron del ordenador hasta que la galería Mitte Barcelona les propuso montar una exposición. Las deidades se vinieron arriba. Era el momento de sacarlas de la pantalla y convertirlas en criaturas admiradas, de nuevo, por los ojos humanos. Los dioses fueron enmarcados y expuestos bajo el título Oh my God.
Las más de 20 divinidades de Hey Studio nacieron de un pensamiento: “En la antigua Grecia tenían algo mejor que superhéroes. Tenían dioses. Cada uno con sus poderes, sus debilidades, su historia y sus seguidores. Nos bastó con sustituirles por otros para acabar con ellos. Llegaron Júpiter y Marte, Jesucristo y Mahoma, Buda y Elvis. 2500 años después, vuelven para reclamar su lugar y recordarnos que no hay nada más peligroso que creerse inmortal”. Y la reflexión se convirtió también en el texto de presentación de Oh my God.
“Nos gustan mucho los dioses griegos. Dan mucho de sí. Queríamos recuperar superhéroes de otras épocas. Héroes que hemos perdido”, explica Verónica Fuerte, fundadora de Hey Studio.
Los dioses griegos tenían mucho de humano. En su figura y en su forma de ser. Y así los retrataron en pinturas y cerámicas. Pero, además, los pasaron por una mirada geométrica de la vida. En los años 900 y 800 antes de Cristo muchas cerámicas pintadas presentaban la vida del cielo y la tierra en geometrías. Esto no es un asunto que a Hey Studio se le pasara por la cabeza pero las leyes del eterno retorno se metieron en el ordenador e hicieron que los nuevos Zeus, Atenea, Hermes, Apolo y el resto de divinidades adoptaran una imagen absolutamente geométrica.
“Trabajamos en vector. Todos los personajes están basados en una misma retícula. Todos tienen un mismo cuerpo rectangular y luego vamos jugando con las geometrías para añadirles los detalles”, explica la diseñadora gráfica. “Buscamos lo icónico y el simbolismo. Intentamos que sea una imagen reconocible para todo el mundo y que guste a todos los públicos. A adultos y a niños”.
Zeus y su tropa viajan ahora a Londres. Los espera la galería Kemistry, en la capital británica, para mostrarlos en sus salas desde este mes de agosto.
Lo que Hesíodo no contó en su Teogonía es que, más de 20 siglos después, estos dioses resucitarían desde las profundidades de un ordenador.
Personajes para un mundo en píxeles
Lejos del cielo, en la esfera de internet, hay otros personajes construidos con la misma técnica y el mismo estilo pero con un cometido distinto. Estos seres no son dioses. Son avatares y fueron diseñados, por Hey Studio, para que los miembros de la comunidad Booquo, de Círculo de Lectores, los utilizaran como imagen de perfil.