El mismo punto de partida. Frank Underwood y un perro atropellado. Catherine Cawood y una oveja malherida. La misma resolución y sin embargo, ambos personajes tan distintos. Un puñado de palabras marcan la diferencia entre los dos personajes.
Al público —urbano en su mayor parte— se le atraganta en la ficción la muerte de una mascota e incluso de un animal de granja. (Por el contrario, nada le afecta la muerte de tiburones, cocodrilos y otros depredadores). El cine y la televisión están atentos a estos reparos. La cámara elude la muerte de un animal aunque los efectos digitales permiten la simulación. Los guionistas saben que estas escenas, incluso con elipsis, crean impacto.
House of Cards y Happy Valley sirven como ejemplo. Los protagonistas de ambas series se ven obligados a sacrificar a animales malheridos. En House of Cards, la cámara no muestra al perro y en Happy Valley la cámara se aleja de la oveja. Ambas escenas sirven para revelar el tono de la serie y el carácter de los personajes.
House of Cards
El primer plano de House of Cards es una pantalla en negro que nos introduce en el tono sombrío de la serie y metafóricamente en el corazón de Frank Underwood. El sonido de un coche a toda velocidad, de cristales rotos y el ladrido lastimero de un perro.
El primer personaje en aparecer es Frank Underwood. El guion lo muestra activo y controlador: no espera a recibir información sobre qué ha ocurrido.
Tras hablar con el guardaespaldas se acerca al perro que sufre (que la cámara elude). Pocos cuestionarían el sacrificio del animal, pero en las palabras de Underwood hay matices.
Underwood muestra sensibilidad intentando calmar al perro. Después actúa sin sentimentalismo ni reparos. Nos avisa de que al personaje no le tiembla el pulso a la hora de llevar a cabo sus planes.
Happy Valley
La segunda temporada de Happy Valley comienza con un momento de paz doméstica. La hora del té. Así se remarca el carácter de drama rural y cercano de la serie creada por Sally Wainwright.
Catherine relata un momento desagradable de su trabajo: el sacrificio de una oveja malherida. Habla con cansancio aunque sin amargura, como si aquello hubiera ocurrido hace mucho. Resignación.
La escena del sacrificio revela que Catherine es una mujer con dudas. Ella no tiene la frialdad de Underwood. Hasta dos veces lo intenta antes de llevarlo a cabo.
Frank Underwood y Catherine Cawood hacen lo que tienen que hacer, pero sus palabras y el tono revelan a dos personajes muy distintos. Escenas que prueban la importancia de los guiones. En cada escena, lo importante no es lo que hacen los personajes ni por qué lo hacen, sino cómo son. Preparan al público.