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Si te cuesta donar la ropa de tus hijos, envuélvela y regálala

Los armarios y chifonieres británicos acumulan unos 183 millones de prendas de vestir de niños y bebés. Muchos de esos pantalones, leotardos o bodis ya no les sirven a sus propietarios, pero a los progenitores de estos les cuesta deshacerse de ellos.

En ocasiones, los vínculos emocionales establecidos con determinadas prendas son más fuertes que sus costuras. Bien porque fueron un regalo de un ser querido o porque se asocian a determinados momentos de la infancia de los vástagos, el apego es a veces tan fuerte que padres y madres se obcecan en seguir amontonando prendas en desuso en los roperos, incluso aunque estos no anden sobrados de espacio.

Otras veces, cuando no existe hermano pequeño u otro niño cercano que pueda heredar la ropa, y las prendas apenas han tenido uso, hay a quien le cuesta meterlas en bolsas de basura y llevarlas al contenedor de recogida de ropa. ¿Qué uso se le dará? ¿Se le entregará a algún niño que la necesite o se reciclará directamente? La duda posterga la decisión de qué hacer con esas prendas hasta la próxima limpieza de armario.

Hubbub, organización británica especializada en concienciar sobre temas medioambientales, calculó que con toda esa ropa infantil que no se usa se podría preparar una canastilla con 250 artículos para cada uno de los bebés que nacen al año en Reino Unido. Las repercusiones medioambientales y en términos de ahorro para las familias con menos recursos eran demasiadas como para no hacer algo al respecto.

Con la colaboración de Mothercare, la organización ha puesto en marcha la campaña Gift a Bundle con la que se propone regalar –que no donar– 65.000 prendas a 6.500 familias con niños durante el Día de la Madre.

Los padres y madres que quieran participar deberán empaquetar la ropa como si de un obsequio se tratase. El envoltorio del regalo –una bolsa de tela– se lo facilita la distribuidora de ropa infantil en 42 de las tiendas que dispone en Reino Unido. Allí también deberán entregar el paquete tras incluir en él entre seis y diez prendas en perfecto estado para niños de hasta 3 años. De no cumplir con estos requisitos, la campaña incluye una guía con otras ideas para dar salida a esas prendas.

La iniciativa se ha puesto en marcha en todo el país después de una primera prueba realizada por Hubbub en el sudeste de Londres en 2016. La organización comprobó entonces cómo los padres se mostraban menos reticentes a la hora de entregar su ropa de esta forma que depositándola en parroquias u ONG, al considerar esta fórmula «despersonalizada».

El año pasado, Mothercare se sumó a la campaña de Hubbub en 13 de sus tiendas. Los excelentes resultados (20.00 prendas fueron distribuidas a 2.000 familias) les alentó a expandir la iniciativa al resto del territorio nacional en 2018.

El propósito de Hubbub es que se sigan sumando otras tiendas y distribuidores. Y también más padres. De hecho, anima a aquellos a los que no les pille cerca una tienda Mothercare a que creen sus propias envolturas y paquetes de regalos con la ropa que sus hijos no usen e investiguen, porque seguro que en su entorno hay alguien a quien le puede venir bien.

Por Gema Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutenses de Madrid. Parece que fue ayer, pero lleva ya más de veinte años escribiendo -aunque no seguidos, :)- en distintos medios. Empezó en las revistas de Grupo Control (Control, Estrategias e Interactiva), especializadas en marketing y publicidad. Más tarde pasó a formar parte de la redacción de Brandlife, publicación gratuita de Pub Editorial.  Y en los últimos años sigue buscado temas y tecleando en Yorokobu, así como en el resto de publicaciones de la editorial Brands & Roses.

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