Los libros y los helados son el maridaje perfecto para el verano, pero quizá Ben Denzer se ha tomado esta máxima demasiado al pie de la letra.
Su cuenta de Instagram, Ice Cream Books, consigue decenas de miles de seguidores a base de subir fotos de libros con helados. Como lo oyen. Como lo ven. Sobre ella, Bella Hadid, una de las mayores influencers del mundo, ha dicho que es «la cuenta de Instagram más importante ahora mismo». Lo sentimos, Kim Kardashian.
Ice Cream Books es hipnótica, pero hay mensaje más allá de la estética. Las combinaciones de libros y helados contienen guiños conceptuales o visuales. Algunos son obvios como los dos polos clavados sobre Drácula que simulan un par de colmillos; otros son más sutiles y rebuscados como los conos de helado de fresa que surgen de un libro de Borges, «maestro de la cono-cepción».
Podría parecer, debido a su impecable estética, que Denzer realiza todo el trabajo por ordenador. No es así. Buena fe de ello pueden dar muchas heladerías de Nueva York, donde reside. «Lo cierto es que en casi todas me conocen», confiesa el creativo. En las librerías no, pues Denzer consigue los libros por otra vía, los coge de su trabajo.
Ben Denzer es diseñador de portadas de libros. Aquí es donde toda esta historia da un vuelco y Ice Cream Books pasa de ser una bonita curiosidad a un estudio sobre el diseño en la literatura.
Ben Denzer lleva mucho tiempo rompiendo libros. Ahora los mancha de helado, pero es que antes los agujereaba, los clavaba, los atornillaba y destrozaba, «a veces de forma un poco visceral», reconoce. Y todo esto porque le encantan. «Me fascinan los libros porque son a la vez contenido y continente», explica, «pero para la mayoría de lectores, el contenido supera y eclipsa el valor del libro como mero objeto».
Y si se le reconoce su identidad como tal, es solo «de una manera casi sagrada, como un contenedor necesariamente prístino y en blanco. No escribas en los márgenes o dobles sus páginas como marcador», replica Denzer, pues si lo haces recibirás la ira de los lectores más puristas. Él lo sabe, él la lleva recibiendo bastante tiempo.
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Denzer empezó rompiendo libros para crearlos. «Uso procesos físicos para iniciar e influir en mi diseño», explica. El creativo, que trabaja en el departamento de arte de Penguin, considera que este proceso es más productivo que pasarse el día haciendo scroll en Pinterest, y asegura que si quieres darle un aspecto real a la portada de un libro, «deberías hacer con él algo real».
Puede que sus métodos no sean los más ortodoxos, pero viendo los resultados, parece que son efectivos. El trabajo de Denzer ha sido galardonado por Type Director’s Club, Art Directors Club, AIGA y AI-AP. Le ha llevado a ser residente en el Centro de Artes del Libro de Nueva York, que promueve las exploraciones activas con el libro como objeto de arte. Parece pues, que Denzer es un tipo bastante bien considerado en su gremio. Desde esta posición, el creativo se atreve a contradecir la cultura popular. «Sí, yo juzgo los libros por su portada», afirma. «Y te diré más, todo el mundo lo hace. Los libros son diseñados teniendo esto en cuenta».
Nota a pie de página: Ben Denzer reconoce que después de hacer estas refrescantes fotos se come todo el helado. Lleva hechas 260 fotos. Sí, eso son bastantes litros de helado.