Las consecuencias de la globalización vienen servidas de diferentes maneras. La cultura, los gustos o la iconografía tienden a homogeneizarse degradando la riqueza que diferencia a los pueblos. Prueba de ello es que, como denota Just Another Ikea Catalog, todos follamos sobre la misma cama independientemente del dios al que recemos.
A estas alturas de la vida, me siento como en casa en cualquier lado. Los vinilos de medio mundo se clasifican en estanterías Expedit, los tableros Vika han visto estudiar más oposiciones de las que necesitan las estructuras de mil estados soviéticos y las escobillas Baren ha raspado zurraspa hasta decir basta. Me es indiferentes estar en Vladivostok o en Nigüelas. Todo me parece igual.
Efectivamente, no hay más que darse una vuelta por algunas webs de dudosa reputación para percatarse de que, en realidad, vivimos en una película porno amateur. Como bien me apunta al oído mi compañero y, sin embargo, amigo Marcus Hurst, el proyecto evoca a otra inspiradora iniciativa llamada Lurid Digs, que analiza con ojo crítico la decoración de las casas que acogen diversas situaciones de porno gay. Marcus dice que John Waters les descubrió el enlace y yo no tengo porque ponerlo en duda ni pensar que entró ahí por otros motivos.
Just Anonther Ikea Catalog es un compendio, aún en pañales, de referencias ikeanas colocadas en escenarios reales. Es, probablemente, la mejor manera de ver cómo quedan en una situación real, con gente real y fluidos reales (no pun intended, Juan Carlos). Cada entrada del blog muestra el objeto en cuestión justo con sus características más destacadas, el diseñador de la pieza, una descripción y el enlace al vídeo en el que aparece, por si acaso quieres visualizarlo con más detalle.
El blog está abierto a nuevas incorporaciones. En este sentido su autor invita a los lectores a enviar sus aportaciones (lavaos las manos antes) o incluso a grabar su propio vídeo porno si quieren hacer de este proyecto el catálogo de Ikea en vídeo más grande de internet.
Gracias a Daniel Blanco Sentís por la pista (ya nos dirás qué buscabas para haberte topado con esto, picarón) y mis disculpas por aportar solo dos imágenes al texto. El resto podrían hacer sangrar los ojos de los menores de edad.
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