Si le demostrasen mediante un test genético irrefutable que su pareja comparte su sangre en primera línea, o lo que es lo mismo, que son hermanos, ¿sería usted capaz de renunciar al amor de su vida por un puñado de genes? ¿Ocultaría el resultado del test a su media naranja? ¿Sentiría remordimientos durante su próximo encuentro sexual?… ¿O disfrutaría de ello como de una exquisita perversión?
(opinión)
El incesto es un tema recurrente en las novelas del romanticismo del siglo XIX, y por supuesto aparece en clásicos como Edipo Rey de Sófocles. En Pedro Páramo de Juan Rulfo también hay una relación hermano-hermana crucial para definir el infierno de Comala. En los clásicos, cuando se descubre el incesto, el héroe se transforma (Myrra), o bien deviene un final trágico (Edipo).
En la Biblia, Adán y Eva tienen varios descendientes, como el malogrado Abel, el eficaz Caín, y luego Set, que engendró a Enós, etc. Y, siempre según las Escrituras, de esa encrucijada brotan todas las tribus que hoy pueblan la Tierra. Es obvio que los hijos se acostaron con su madre Eva, o entre ellos, en el caso de las hijas a las que el texto no pone nombre. De otro modo no puede entenderse el origen del resto de la Humanidad, pero si algún creacionista tiene la amabilidad de iluminar mi ignorancia al respecto, quedaré muy agradecido.
Calígula, uno de los grandes monstruos que nos ha regalado la Historia, además de yacer en el lecho con su caballo Incitatus, estuvo siempre enamorado de su bella hermana Drusila, con quien compartía a su no menos deseable esposa Cesonia… Pero en Roma, ¡ah, esa Roma… ! todo era posible. ¿Nos hemos vuelto unos timoratos?
No hay ningún mecanismo natural para detectar a un hermano o hermana antes de tener relaciones sexuales, con o sin descendencia, ese es otro tema. El único método es el análisis del ADN y las partidas de nacimiento.
Pero si usted se enamora locamente de alguien… y en el último momento un guardián de la virtud interrumpe la ceremonia de su boda, sube al altar (o al despacho civil) con unos documentos en las manos… ¿se le pasa el amor y de pronto aborrece a su pareja?
¡Y hablando de bodas, esas generadoras de incestos… ! Te presentan a una prima a la que no habías visto en siete años y resulta ser una princesa lasciva que te hace señas para que la sigas al baño…
Copito de Nieve, el famoso gorila blanco recientemente fallecido, era albino porque un tío se acostó con una sobrina, y se alteró un gen… Los científicos dicen: “Podemos crear otro gorila albino, pero sería científicamente estéril y éticamente reprobable, pues el albinismo es una enfermedad”. Los Borbones no son albinos, pero basta con echar un vistazo a sus retratos y biografías para entender en qué clase de cuento de terror endogámico se desenvuelve nuestra incestuosa Corona.
El incesto es un tabú social, pero no natural. En la Edad Media se intensificó la lucha contra el incesto incluso entre parientes remotísimos. Pero lo único que pretendía con ello la Iglesia católica, según el antropólogo Jack Goody, era reducir el número de herederos y facilitar así que los bienes y propiedades pasaran a sus santas manos. La legislación actual varía mucho según los países, incluso dentro de las mismas áreas geográficas.
Mi punto de vista personal es que, con quién se meta uno en la cama es un asunto que ha de dirimirse entre adultos, sin mayor problema. Pero solo en el caso de que esos juegos de cama no provoquen descendencia, lo que debería estar prohibido (y me remito de nuevo al funesto linaje borbónico).
Y para los más conservadores, les recuerdo que la forma más inofensiva de incesto es la masturbación.
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