La capital de Indonesia, Yakarta, le ha declarado la guerra a las ratas y quiere que sus ciudadanos se involucren lo máximo posible en el plan ofreciéndoles un incentivo. El vicegobernador de la ciudad, Djarot Saiful Hidayat, ha anunciado que está dispuesto a recompensar a los ciudadanos con 20.000 rupias (1,40 euros) por cada roedor entregado vivo a las autoridades, una cantidad generosa teniendo en cuenta que el 40% de la población del país ronda la línea internacional de la pobreza de 2 dólares diarios.
«Hay muchas ratas y muy grandes. Son peligrosas para nuestra salud porque pueden transmitir enfermedades», declaró a la prensa Djarot al dar a conocer su proyecto. Cuando se le preguntó cuánto fondo tenía previsto para la operación, el funcionario respondió que proveerá «tantas recompensas como ratas sean encontradas» para acabar con esta plaga que va en aumento y actualmente «es incontrolable».
Las ratas andan a sus anchas en Yakarta, una ciudad de unos 10 millones de habitantes amenazada por continuas inundaciones. La ciudad registró 40 casos el año pasado de leptospirosis, una infección bacteriana también conocida como enfermedad de Weil, que ataca el hígado y los riñones. La enfermedad puede contraerse por contacto directo con orina o tejidos de animales infectados o bien de forma indirecta caminando por el agua de los charcos donde se encuentra el orín de las ratas.
La infección se transmite habitualmente cuando el agua que ha sido contaminada por orina animal se pone en contacto directo con lesiones en la piel, ojos o por las mucosas. El microorganismo acaba estableciéndose posteriormente en el hígado y los riñones. La leptospirosis puede llegar a ser mortal entre los seres humanos, aunque raramente cobra vidas debido a su sencillo tratamiento. Los expertos advierten que esta enfermedad es una amenaza subestimada en los suburbios de un mundo cada vez más urbano.
La administración indonesia permitirá a los residentes utilizar varios métodos para erradicar a los roedores, pero Djarot pidió expresamente no utilizar armas de fuego o veneno, puntualizando que el mejor método era atrapar a los roedores. «Recomendamos capturarlas vivas. Las más peligrosas son las ratas de cabeza negra, porque se comen todo», puntualizó el funcionario.
Los medios locales sin embargo se mostraron escépticos al dar a conocer los planes de Djarot y señalaron que un programa de este tipo podría llevar a la gente a criar las plagas que pretendían eliminar para conseguir beneficios. Los más críticos recordaron el efecto cobra, un término acuñado por el economista alemán Horst Siebert, que proviene de una anécdota durante los tiempos de la India colonial, cuando el gobierno británico ofreció una recompensa por cada cobra muerta para reducir el número de estas serpientes venenosas en Delhi.
La estrategia de los británicos, que comenzó siendo un éxito, terminó en el fracaso absoluto cuando algunos emprendedores comenzaron a criar serpientes para obtener sus recompensas aumentando así la población de cobras salvajes. En Vietnam ocurrió algo parecido cuando el gobierno colonial francés quiso pagar por cada rata muerta con la condición de que enseñaran la cola del animal para cobrar la remuneración. Los cazadores de estos roedores las capturaban para cortarles la cola y luego las dejaban en libertad para dejar que procrearan.
El Gobernador de Yakarta Basuki Tjahaja Purnama, más conocido por su apodo chino Ahok, cuando se percató de que el plan podría ser problemático, sugirió que la recompensa sería cosa de una sola vez para prevenir que aumentara la población de roedores a largo plazo. Ahok aun así apoyó el proyecto del vicegobernador que considera necesario para frenar el crecimiento de la población de estos animales en los asentamientos que se encuentran más densamente poblados.
El plan es que las administraciones sean quienes hagan la recolecta de las ratas capturadas por los residentes y repartan la recompensa proporcionada por Djarot. Los roedores posteriormente serán entregados a la Agencia de Saneamiento de la ciudad o a la Agencia de Parques y Cementerios para enterrarlas en las tierras específicamente asignadas para evitar enfermedades. Queda por ver si el movimiento de erradicación de ratas consigue reducir la elevada población de estos roedores en Yakarta.
Una respuesta a «Indonesia pagará a los ciudadanos que colaboren en la captura de ratas»
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