¿Qué opción es más sostenible: ir a ver una película a una sala de cine o quedarse en casa viendo un estreno en una plataforma de televisión? Es posible que el del impacto medioambiental no sea el factor más determinante cuando elegimos una u otra opción, pero cada vez son (somos) más los que al menos se plantean esta cuestión.
Al igual que muchas otras industrias, la del cine está replanteándose su manera de producción y distribución en aras de dejar la menor huella medioambiental posible.
Son ya varias las iniciativas tanto públicas como privadas encaminadas a crear películas más sostenibles.
Una de ellas es el Sello Verde, un distintivo que la Academia de Cine española otorga a todos aquellos films que cumplen con el decálogo en el que se recogen las pautas a seguir en las distintas fases de su proceso de creación: producción, transporte, uso de papel y plástico, la eficiencia energética. etc.
En cuanto a la pregunta que planteábamos al principio sobre si ir al cine es más sostenible que quedarse en casa viendo Netflix u otra plataforma, Silvia Panadero nos desvela la respuesta en este artículo en el que también analiza otras iniciativas que promueven un cine mucho más»verdes» (entendiendo el adjetivo no por la idoneidad de su contenidos para los distintos públicos, sino por cuestiones de sostenibilidad)