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Ira, escasez de recursos, conspiranoias y otras hierbas


Que las circunstancias no le superen. A pesar de que vivimos tiempos duros, el equilibrio es lo que debe regir sus vidas. Carece de importancia el método que empleen para el control de la ira, para la gestión de la rabia. Lo fundamental es dominar esos sentimientos que le transportan al lado oscuro. Ya saben, ante todo mucha calma. Somos seres racionales de los que toman las raciones en los bares.
No como estos. Los de Malviviendo, la webserie más poligonera y perrillera más allá de Sierra Morena, se toman fatal lo del Harlem Shake. Yo, en esto, no tengo nada que decir. Los enemigos de Harlem shake son mis amigos. Ahora, como ejemplo de control personal, cero pelotero. «Maricones con el tanguita puesto y el disfraz de plátano».

Viajemos al polo opuesto. Vale, cometes un error y golpeas al coche que llevas delante. Puede ocurrirle a cualquiera menos a José María Aznar, que no ganó el mundial de Fórmula 1 porque no quiso. Pero ante una reacción desproporcionada, ante una amenaza de agresión, zen. Un puñetero quintal de zen.

Vamos con las mates. La suma de dos más uno es igual a un millón. Si no lo creen, observen cómo se puede obtener ese resultado si cuentas con la tecnología adecuada. ¡Omaha! (Visto en el blog de Netambulo)

Si hay algo más peligroso que el cianuro es un fan de Star Wars con tiempo libre. Causa extrañeza que este análisis no se hubiera hecho ya en el departamente de investigación de El Mundo, pero lo cierto es que ha tenido que ser un tal Graham Putnam el que saque otra lectura a la operación que acabó con la Estrella de la Muerte. ¿Y si había un topo?

Más conspiraciones. Los Pokemon son satánicos. Y te lo digo rimando. Yo, bitch!

Para terminar, una de educación. Al final, como la cerveza, es lo único que siempre te trae satisfacción y saber estar. Por eso, una didáctica innovadora y una metodología atractiva son los mejores aliados para mantener atento al alumnado. Dime que no.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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