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Iwan Baan, el fotógrafo que cuenta historias humanas con la arquitectura de fondo

Hay fotografías de arquitectura que solo muestran, con más o menos belleza, un escenario. Un juego de luces y sombras, de líneas y ángulos que impresiona por la perfección de su técnica, formando un elegante muestrario. Y está bien, porque recuerda al espectador la maravillosa capacidad del ser humano para construir su hábitat.

Pero las imágenes que captura Iwan Baan con su cámara van más allá de la pura estética y no se amedrentan ante la mala luz natural o la imperfección que impone la climatología a la hora de disparar la foto. Este artista neerlandés prefiere contar las historias de las personas que habitan y construyen esos edificios, no solo mostrar la magnificencia de esas construcciones.

Foto: José Luis de la Parra

El Museo ICO acoge la muestra Iwan Baan. Instantes en la arquitectura, la primera retrospectiva exhaustiva de este fotógrafo holandés y que hace un recorrido por su obra desde principios del año 2000 hasta la actualidad. La exposición, del Vitra Design Museum, está comisariada por Mea Hoffmann y se enmarca en la sección oficial de PhotoEspaña2024.

La arquitectura sin vida no es nada

La arquitectura es el fondo, lo importante son las personas que la habitan, que la construyen; cómo esta modifica su espacio y cómo ellas la hacen suya. Porque para Baan, que rechaza rotundamente ser definido como un fotógrafo de arquitectura, aunque suyas son algunas de las imágenes más icónicas de esta disciplina, la arquitectura es el trasfondo de la vida. «Para mí, la arquitectura es un espectro de un mundo completo», confirma.

Iwan Baan, Biblioteca Beinecke, New Haven, EE.UU., 2017. Arquitectura: SOM © Iwan Baan

Él prefiere ser identificado como fotógrafo documental, disciplina en la que se formó cuando empezó a estudiar Fotografía en la Real Academia de las Artes de La Haya. Un observador curioso de la vida y del mundo que, un poco por casualidad, se ha convertido en el cronista de la arquitectura del siglo XXI.

«Lo que para mí es importante es mostrar qué es lo que hace la arquitectura en esos espacios, cómo coexiste con ellos», explica. «Mi trabajo tiene más que ver con cómo viven las personas en esos espacios. Porque la arquitectura está ahí, es el fondo de esas fotos, y puede ser arquitectura moderna, nueva, estupenda…, pero también puede ser algo que lleve siglos ahí ya. Es importante porque está ahí, siempre está presente, pero el resto de historias que la rodean es lo que realmente me apetece comunicar».

La suya podría definirse, pues, como una arquitectura humanista que busca y trata de entender el contexto del edificio que retrata. De ahí que busque todas las perspectivas posibles, tanto desde el aire como a ras de suelo.

Iwan Baan, Instituto de Educación Secundaria de Gando, Burkina Faso, 2021. Arquitectura: Kéré Architecture © Iwan Baan

«Normalmente, prefiero estar primero a ras de suelo para entender un poco cómo es el espacio. Y luego la imagen aérea suele mostrar aspectos muy diferentes de ese espacio, así que está muy bien ir y venir constantemente. Empiezas a nivel de tierra, luego subes al aire, luego bajas… Constantemente estoy descubriendo cosas nuevas porque las vistas aéreas te ofrecen nuevas perspectivas». De ahí que se diga que su fotografía tiene mucho de experimentación.

Iwan Baan, Museo M+, Hong Kong, China, 2022. Arquitectura: Herzog & de Meuron © Iwan Baan

«Hay algunos lugares y espacios que con las imágenes aéreas puedo meterlos en contexto mucho mejor porque te explica muy bien dónde estás. Y sabes dónde estás en el momento en el que sales de esa situación, es decir, cuando tú ya no estás en el encuadre, de repente entiendes qué es exactamente lo que estás encuadrando y hace que la historia sea mucho más completa».

En realidad, su obra es un catálogo ilustrado de la sociedad contemporánea a partir de la arquitectura que construye. Unas veces, el objetivo serán las megalópolis y enormes ciudades, con sus gigantescos rascacielos y sus grandiosas construcciones. Otras, la cámara de Baan nos llevará a conocer pequeñas construcciones tradicionales hechas de barro y piedra, espacios reducidos donde, al contrario que en las primeras, las personas se hacen más grandes, más visibles.

Iwan Baan, Nueva York tras el huracán Sandy, EE.UU., 2012 © Iwan Baan

Es, quizá, una de las metáforas más destacadas de su obra fotográfica, en la que siempre el elemento humano, incluso en los trabajos de encargo, está presente de una u otra forma. Cuanto más grandiosa es la construcción, más pequeña e invisible se hace la persona.

«Creo que es algo que aparece en este tipo de proyectos tan inmensos, ¿verdad? Cuanto más grandes son, más pequeños somos nosotros. Somos motitas de polvo en un entorno enorme. Obviamente, es cierto, en un entorno enorme esto puede pasar. En Burkina Faso, por ejemplo, los edificios se hacen a escala humana, y por eso esos entornos son importantes; pero vas a Las Vegas y todo es exponencialmente gigante y cada vez crece más. Claro, la gente se hace más pequeñita en comparación. Y eso físicamente tiene una relevancia», aclara Iwan Baan.

Iwan Baan, Museo Nacional de Catar, Doha, Catar, 2019.
Arquitectura: Ateliers Jean Nouvel © Iwan Baan © Jean Nouvel, VEGAP, Madrid, 2024

«Pero también busco momentos muy concretos, personales. Me centro en las personas que están ahí, y, a veces, la gente desaparece porque prefiero centrarme en el entorno». Es lo que ocurre, por ejemplo, en las imágenes aéreas, «porque la ciudad se convierte, en sí, en un personaje».

El comienzo

En 2004, Baan se planteaba hacia dónde orientar su carrera. Fue entonces cuando, de manera casual, conoció al arquitecto neerlandés Rem Koolhaas, con quien entabló muy buena relación. Con él empezó a compaginar su faceta de fotógrafo documental con la de fotógrafo de arquitectura.

Iwan Baan, sede de la CCTV, Pekín, China, 2011. Diseñada por OMA © OMA © Iwan Baan*

«Cada vez sentía más curiosidad por entender cómo se desarrolla la vida de las personas dentro de los edificios y en sus entornos, y de qué modo se entrelazan la arquitectura y la gente. Me di cuenta no solo de que la fotografía de arquitectura puede ser considerada fotografía documental, sino también de que la arquitectura es, de hecho, un terreno extraordinariamente fértil para este género», explica en el catálogo de la exposición.

Por aquel tiempo se había comenzado a construir el proyecto del OMA (Office for Metropolitan Architecture) para la sede principal de la CCTV en Pekín, uno de los mayores edificios de oficinas del mundo. Baan propuso a Koolhaas seguir ese proceso de construcción. «Empecé a tomar conciencia de lo significativo que es el espacio sobrante que generan los edificios, un espacio que no está en el proyecto, pero que acaba emergiendo». Buscaba mostrar las tripas de un edificio, cómo va elevándose de la nada, componiendo su esqueleto gracias al trabajo de cientos de obreros que incluso vivían en la obra para hacer más rápida la edificación.

Iwan Baan, Tiébélé, Burkina Faso, 2021 © Iwan Baan

«Me despiertan curiosidad los cambiantes equilibrios entre conceptos de diseño radicales y novedosos y los saberes, costumbres y prácticas locales. Mis fotografías dan testimonio del modo en que, pase lo que pase, la vida toma el mando incluso en los lugares más controlados y planificados: de cómo a los arquitectos se les escapa de las manos en el instante en que los seres humanos, el resto de animales y las plantas dan vida a la arquitectura».

Iwan Baan, Estadio Nacional, Pekín, China, 2008. Arquitectura: Herzog & de Meuron © Iwan Baan

«Llegar a conocer a tantas personas y tantos lugares me ha aportado una visión del mundo que sigue influyendo profundamente en mi fotografía de arquitectura y que ha forjado mi convicción de que, para apreciar por completo la arquitectura, es esencial no centrarse en ella, sino abrir y cerrar el zoom —continúa explicando el fotógrafo holandés—. Abrirlo me permite poner la arquitectura en su contexto más amplio; mientras que, al cerrarlo, trato de desvelar instantes de las vidas de las personas que están dentro de los edificios y en torno a ellos. Creo que las imágenes más reveladoras de los edificios que enfoco con mi cámara son aquellas en las que la arquitectura prácticamente desaparece, las que traen al primer plano lugares o personas y ponen el acento en la vida cotidiana».

Encontrar el equilibrio entre lo meramente comercial y la vida real

Han sido varios los destacados arquitectos que han contactado con Iwan Baan para que fotografíe sus edificios, desde el ya mencionado Rem Koolhaas hasta Herzog & de Meuron, Kazuyo Sejima y Tatiana Bilbao. Ese alejarse de los estándares tradicionales en la fotografía de arquitectura es lo que más ha atraído a estos arquitectos, que quizá buscaban trasmitir que sus creaciones no son meros espacios habitables, sino que hay vida en ellos, y Baan era capaz de mostrarlo.

Iwan Baan, Filarmónica del Elba, Hamburgo, Alemania, 2017. Arquitectura: Herzog & de Meuron © Iwan Baan

Las suyas, aunque logran plasmar la belleza y perfección arquitectónica de estas construcciones, no son imágenes idealizadas ni plasma una arquitectura escultórica. Son, podría decirse, imágenes imperfectas donde la luz no siempre es la ideal ni luce un sol radiante en el cielo. Baan prefiere reflejar con ello los cambios que se producen en los edificios en función de esos condicionantes externos, por lo que ofrece un punto de vista muy subjetivo de esas construcciones.

Y eso es lo que acerca su fotografía de arquitectura a su fotografía documental, para las que emplea una única técnica. «Todos los proyectos los hago del mismo modo —confirma—. Siempre utilizo el mismo equipo y me centro en el proceso de la misma manera. Pero el fondo es el que puede cambiar. En la mayor parte del proceso uso pequeñas cámaras, un equipo que puedo llevar yo solo. No suelo trabajar con más gente, con un equipo, con asistentes…».

Iwan Baan, Bakú, Azerbaiyán, 2011 © Iwan Baan

«Es un enfoque un poco único, sí, pero me permite estar ahí, participar en el espacio, y que la gente no se distraiga con un montón de cacharros, equipos, dónde colocar todo en su sitio… Quiero ser yo el que se centre en lo que está pasando allí. Es como un baile en el que estás contando una historia que se desarrolla entre el fondo, las personas que están ahí, el edificio, el entorno… Puede ser un gran proyecto o uno pequeño, da igual, siempre trabajo igual, tanto para documental como para encargos».

Un mundo diverso, un mundo global

Además de fotógrafo, Iwan Baan es un gran viajero. Unas veces para cumplir un encargo, otras por satisfacer su propia curiosidad por el mundo, Baan ha recorrido diversos países y continentes para retratar la gran diversidad del mundo que habitamos. Frente a grandes urbes, se contraponen construcciones tradicionales que exhiben con humildad su singularidad. Aunque también está siendo testigo de cómo todo tiende a una globalización que empieza a eliminar las diferencias. Un ejemplo de ello es la ciudad de Las Vegas, donde todo es espectacular, pero a costa de renunciar a tener su propia personalidad.

Iwan Baan, Museo de Arte de Teshima, Tonosho, Japón, 2010.
Arquitectura: Ryue Nishizawa © Iwan Baan

«Gracias a mi trabajo, me muevo constantemente entre diferentes comunidades y lugares y entro en contacto con una diversidad de personas, culturas, ideologías y formas de ser. Por supuesto, también me enfrento a la pobreza, a la degradación medioambiental, a las consecuencias de la crisis climática, las injusticias y la represión, que también se manifiestan en la arquitectura. Y no puedo evitar percatarme de los efectos homogeneizadores de la globalización».

Un mundo muy diverso en el que solemos «darlo todo por sentado: esto es lo normal, esto es lo que debería ser, no hay otra forma de hacer las cosas». Pero la mirada curiosa de Baan nos lleva conocer otros espacios que, a ojos de la sociedad occidental y urbanita, son increíblemente diferentes. Es el caso de dos pequeñas aldeas al sur de Burkina Faso, cuyas construcciones de adobe y tierra, pensadas para proteger a sus habitantes del intenso calor, generan unos hermosos patrones decorativos en el exterior y obligan a moverse por su interior casi en total oscuridad.

Iwan Baan, Biete Ghiorgis, iglesia excavada en la roca, Lalibela, Etiopía, 2012 © Iwan Baan

Esa globalización no solo se percibe en el diseño casi idéntico con el que se va desarrollando el urbanismo de las ciudades, sino también en cómo los métodos y materiales de construcción tradicionales, como los que emplean los habitantes de los pueblos al norte de Bangladesh y que tanto han llamado la atención de arquitectas como Anna Heringer, empiezan a ser sustituidos por bloques de hormigón y planchas de acero corrugado que el gobierno de Bangladesh reparte entre la población para que mejoren la construcción de sus viviendas. Y, de paso, eliminan el estigma de pobreza que los gobernantes consideran que tienen el barro y la madera.

Iwan Baan, sede de la CCTV, Pekín, China, 2011. Diseñada por OMA © OMA © Iwan Baan*

«A mí me fascinan espacios muy específicos, concretos, que son tan distintos…, y que, sin embargo, para las personas que viven allí son absolutamente normales», concluye Iwan Baan. «Lo que me sigue sorprendiendo por encima de todo es la resistencia y la capacidad inventiva que tienen los seres humanos para dar forma a sus mundos, así como la riqueza y diversidad de los lugares donde habita la gente, dondequiera que estén».

Iwan Baan. Instantes en la arquitectura se expondrá en el Museo ICO de Madrid hasta el próximo 8 de septiembre.

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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