«Antes, cualquier ciudad o pueblo tenía un reflejo muy fuerte de lo que era su cultura local. Podía ser más rural o más urbano pero tú sabías si estabas en un pueblo de Galicia. Yo creo que una de las grandes tragedias de la burbuja inmobiliaria es que todo parece lo mismo. Ya no sabes si estás en Seseña, Marina D’Or o Ávila», relata Jesús Encinar. El fundador de Idealista ha realizado un mini documental para contar los efectos que el boom inmobiliario ha tenido sobre Ávila, su ciudad natal.
«No es que Ávila sea una excepción. Es un ejemplo en pequeño de la locura de todo sector inmobiliario en España», explica Encinar.
En esta ciudad de alrededor de 60.000 habitantes se necesitaron 20 siglos para crear un casco antiguo considerado hoy Patrimonio de la Humanidad. En la última década, en cambio, se ha construido un espacio equivalente a «dos Ávilas» pero sin ningún intento de mirar al futuro emulando al pasado.
El resultado se puede ver en las zonas más modernas de la ciudad, que hoy yacen casi abandonadas como grandes cicatrices, pobladas de calles vacías, edificios sin terminar y caminos que no conducen a ningún sitio.
Pero en el fondo, señalan los autores del vídeo, nada cambiará sin reformar el modelo perverso de financiación que tienen los ayuntamientos. «Cada vez que se recalifíca. Un 10% del terreno recalificado se lo queda el Ayuntamiento sin coste. Ese terreno aunque no lo pueda vender, el Ayuntamiento puede endeudarse y utilizar ese terreno como aval. (…) El problema es que esto afecta lo público. Nadie se da cuenta que con esto hemos perdido nuestra caja de ahorros».
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