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Creatividad

Juan Vallecillos, el ilustrador que dibuja altibajos

Dice Juan Vallecillos que le encanta contar historias a través de sus dibujos. Pero más allá de la narrativa, lo que dibuja este ilustrador murciano son estados de ánimo, altibajos (amor, desamor, inocencia, rebeldía, empoderamiento…). «Pienso que cualquier persona se puede sentir identificada con lo que quiero transmitir —comenta—. El uso de viñetas y la composición me ayudan a poder expresar mejor estas historias».

En esas historias, las mujeres suelen ser las protagonistas. «Mis personajes femeninos son, en parte, un reflejo de cómo me siento y de mi personalidad. Representan la inocencia, pero también esa rebeldía que sacamos cuando estamos acorralados o pasando por alguna situación complicada».

Esos personajes poderosos se mueven como pez en el agua dentro de una sencilla pero potente paleta de colores, siempre la misma, que los ilumina: rosas, violetas y amarillos. «Son colores que para mí representan alegría y que levantan el ánimo. También me recuerdan a mi infancia y a esa inocencia que nos hacía diferentes. Visualmente busco llamar la atención y crear una armonía o equilibrio, junto con los elementos gráficos y la narrativa de mi obra».

Leer, ver series y películas, escuchar música o incluso alguna conversación con amigos son cosas que le inspiran y pueden ayudarle a dibujar. Y entre sus referentes artísticos se encuentran personajes icónicos como Charlie Brown y Snoopy, Mortadelo y Filemón, Dragon Ball y Pokemon. Esos, cuenta, fueron los primeros recuerdos que tiene como referencia a la hora de dibujar y a crear historias imitándolos. «En la actualidad, tengo como referentes a ilustradoras como Ana Galvañ, María Medem, Roberta Vázquez, Katya Dorokhina, Rahel Suesskind…».

Su método de trabajo es parecido tanto si recibe un encargo como si se trata de trabajos creativos propios. «Lo primero que hago es sacar varias ideas y conceptos que quiero transmitir. Pienso en la composición que quiero que tenga la obra y empiezo a realizar bocetos».

Una vez que ha recibido el OK, lo pasa todo a limpio y da color a la ilustración. «Al trabajar en varias ocasiones para prensa, siempre está el agobio de los tiempos de entrega ya que te sacan un poco de tu zona de confort, pero poco a poco me he ido acostumbrando a este tipo de encargos, y disfruto y aprendo mucho con ellos».

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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