En el muy recomendable ensayo A poor collector’s guide to buying great art, Erling Kagge asegura que «con un presupuesto reducido se puede adelantar a los grandes coleccionistas del mundo». Puede que la afirmación suene exagerada, pero a lo largo de 200 páginas, este personaje (coleccionista, explorador, abogado y editor, ahí es nada) demuestra lo contrario. Kagge cuenta su experiencia, desentrañando los secretos de un mercado que él presenta como cercano y divertido. También da muchos consejos, pero todo su discurso se podría resumir en una frase: «Tienes que seguir tu instinto y aprender a ver, escuchar, leer, comprar y quizá vender tanto arte como puedas».
JustMAD se celebra en el Palacio Neptuno, cerca de la plaza del mismo nombre. Esta ubicación, en pleno Paseo del Arte de Madrid, hace que muchos recalen aquí. Incluso en una semana en la que los eventos, exposiciones y ferias florecen con profusión micológica en la capital. Pero el éxito de JustMAD no se explica tanto por el dónde, sino por el cómo y el porqué. Mientras la ciudad se vuelca con los artistas consagrados, esta feria lo hace con los emergentes. «Es la cantera del arte contemporáneo», explica Semíramis González, directora artística de JustMAD.
«Esto significa que el ambiente es más cercano y amigable, pero también que los precios son más asequibles. Las obras son más vanguardistas y las propuestas, más atrevidas», comenta la comisaria. Esta cercanía es importante por varios motivos. Existe una barrera entre los artistas y el coleccionista neófito. El mundo del arte impone respeto y algunos se quedan mirándolo desde la barrera.
JustMAD quiere acercar el arte a la gente, limpiándolo de pompa y ceremonia y haciéndolo accesible, divertido. La feria ofrece visitas guiadas gratuitas por los estands, para acercarse a las obras de forma didáctica. Programa fiestas con DJ. Apuesta por un ambiente joven y distendido.
JustMAD tiene a sus espaldas 10 ediciones. Por eso se puede demostrar que tiene buen ojo para fichar talento emergente. De su cantera ha salido gente como Nicolás Robbio (al que La Casa Encendida acaba de dedicar una exposición individual) o galerías como Louis 21.
González está orgullosa de tener a artistas jóvenes, pero sobre todo de tener a coleccionistas jóvenes. Se muestra de acuerdo con las tesis de Kagge y cree que con un poco de dinero y algo de voluntad se puede empezar una colección de arte. «La gente que se gasta 500 euros en ir a ver a su equipo de fútbol a otro país perfectamente podría hacer esto. Lo que hay es poca disposición por miedo o desconocimiento».
Para vencer estos miedos y potenciar el coleccionismo joven, JustMAD ha creado un premio al joven coleccionista, que se sorteará entre los compradores de la feria. «Lo da Pilar Citoler, una de las mayores coleccionistas de este país», explica Semíramis González; «es bonito porque ella tiene 83 años y acaba siendo una especie de legado intergeneracional»
La juventud se está acercando al mundo del arte. A ello han ayudado las nuevas vías de comunicación. «Las redes sociales han creado un consumidor más joven», explica González. «Instagram da un mensaje de cercanía, de que es posible hablar con el artista». Esta feria pretende trasladar ese ambiente cercano y despreocupado a la vida real.
Semíramis González apuesta por crear sinergias entre lo online y lo offline para estar conectado con el mundo del arte. «Acercarse a JustMAD es una buena forma de conocer galerías, de suscribirse a sus newsletters y redes sociales. Las galerías hacen un esfuerzo continuo para atraer a gente», reflexiona; «esta semana de ferias puede ser una buena forma de romper el hielo».
Ver arte, escuchar arte, leer arte, comprar arte y quizá incluso venderla. Los consejos de Erling Kagge se deberían tener en cuenta, especialmente estos días. Y para ponerlos en práctica la mejor de las opciones es acercarse a una feria de arte emergente. JustMAD puede ser el primer paso para convertirse en un joven coleccionista.