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Kenia, referente en innovación #informaleconomy

Cuando oímos hablar de innovación parece inevitable pensar en espacios limpios, asépticos, ordenados. Laboratorios, ordenadores, robots. Norteamérica, Japón, Alemania. Es evidente que Kenia no aparece asociada a ninguno de estos conceptos en nuestros mapas mentales. ¿Qué ha ocurrido entonces para que se hayan convertido en un referente mundial de la innovación?

Cualquiera que haya viajado al país, lo haya visto en algún documental o, simplemente, haya echado un vistazo a una guía de Lonely Planet (donde su capital es rebautizada como ‘Nairobbery’), se habrá dado cuenta de que Kenia, como la inmensa mayoría de los países en vías de desarrollo, es, por decirlo suavemente, informal.

Informal, como la manera de ganarse la vida de la mayoría de su población que subsiste con ingresos irregulares e imprevisibles. Piezas de coche sueltas, cigarros vendidos por unidades, artesanía para turistas, DVDs piratas, comercio con cabras, y todo tipo de mercancías sin recibos. Una vasta economía sumergida que escapa al control gubernamental y al PIB.

Y es aquí, en el caos, donde surge el ingenio, dando sentido al término ‘Economía Informal’, acuñado en los ‘70 por el antropólogo Keith Hart. Este contexto es un caldo de cultivo excelente para la innovación, la observación y el análisis. Como afirman Alexa Clay y Kyara Maya Phillips —autoras del libro The Misfit Economy, que será publicado en 2013— es precisamente de “los gangsters, los agitadores, los hackers, los falsificadores, los fanáticos, lo escondido, los estafadores y los provocadores de quienes tenemos que aprender”.

El servicio keniano M-PESA, un referente (o un jaque) para la banca mundial

M-PESA (‘M’ de móvil, ‘pesa’, en swahili, ‘dinero’) es un producto de telefonía que, en sus inicios, fue diseñado para permitir recibir microcréditos a través de la omnipresente red de distribución de recargas móviles de Safaricom, una filial de Vodafone. Este sistema permitiría reducir costes a las instituciones de microfinanzas, ofreciendo préstamos más competitivos a los beneficiarios kenianos.

Sin embargo, cuando los primeros usuarios lo probaron, la herramienta fue empleada de maneras diferentes, lo que llevó a sus propietarios a redefinir el servicio y a adecuarlo a dichos usos. Realizar pagos a través del móvil, enviar y recibir dinero, y retirar efectivo en cajeros y distribuidores de Safaricom son sus principales usos en la actualidad. Es decir, hoy, M-PESA sirve para realizar transacciones bancarias sin necesitar al banco.

Han inventado nada menos que una forma de saltarse a uno de los principales agentes económicos. Y lo han hecho casi sin querer, como meros emprendedores involuntarios.

Su éxito ha sido tal que ya es un fenómeno de masas: “En apenas cinco años de vida está siendo usado por el 80% de la población”, según afirma el consultor en dinero móvil Ignacio Mas, lo que está permitiendo una alta “inclusión socioeconómica”.

Los pagos móviles son ahora “el pulso de Kenia”, explica Ben Lyon, VP de KopoKopo, empresa colaboradora de Safaricom. Antes de existir el dinero móvil “era muy difícil saber cuánto dinero circulaba en el sector informal, pero ahora podemos monitorizar estos datos para tomar decisiones políticas”, argumenta Njuguna Ndung’u, Gobernador del Banco Central de Kenia.

Este es un claro ejemplo de formalización de una economía informal. Pero, sobre todo, es un ejemplo notable —que no aislado— del que tenemos mucho que aprender sobre la manera en que resuelven problemas en aquellos entornos donde el concepto de crisis es permanente.

Ahora que la incertidumbre, la volatilidad, el riesgo y la absoluta pérdida de confianza en las instituciones públicas, políticas y financieras se han instalado en Occidente, quizá sea buen momento para empezar a fijarnos en otros referentes más acostumbrados a convivir con estas circunstancias.

@JesusRevuelta es director creativo en DoubleYou

Enlaces para profundizar:
Informal Economy Blog
The Misfit Economy
The Power of the Informal Economy

Fotos: Emilsjoblom Flickr bajo lic. CCDFID

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