Contemplar las ilustraciones de Kyle Smart es como visionar una obra de teatro o una escena en directo. Pero no solo por lo obvio, que son las animaciones, sino por el uso de la luz. Tanto es así que este artista e ilustrador freelance británico, que también trabaja como director creativo, confiere a la iluminación de sus trabajos un papel enorme.
«Intento pensar que mis ilustraciones están iluminadas como si estuvieran en un escenario, en lugar de a través de una cámara, lo que me obliga a ser reflexivo y, con suerte, a llevarlas a cabo en varias piezas. También mantiene el enfoque en el tema, lo que ayuda a las piezas más conceptuales. Es importante que el montaje sea sencillo y que se elimine lo que no es necesario para una buena lectura».
El color, continúa explicando, también apoya ese papel destacado de la luz. «Siempre busco dar un toque de luz brillante y hacer que las cosas destaquen. Especialmente con temas más serios, creo que puede hacerlos más accesibles y ayudarnos a conectar con ellos. Quiero que las cosas que hago sean atractivas».
Smart empieza dibujando bocetos en un cuaderno, algo que él llama «pensar en voz alta visualmente». La inspiración le llega por diversos caminos, «siempre está cambiando», afirma. Y si se bloquea, regresa a la figura humana como principal motivo. «Pero ahora me ha dado por releer muchos cómics franceses y películas japonesas. Moebius y Miyazaki, ese tipo de cosas».
En esta primera etapa de su proceso creativo no le preocupa crear algo bonito, simplemente dejar brotar las ideas. Y al final, cuando ya lo tiene, pasa a las herramientas digitales como el Photoshop, aunque ahora, comenta, está empezando a experimentar con Blender.
«Ahora, mi trabajo se centra en dar vida a ideas brillantes, atrevidas y conceptuales, con un buen dibujo y utilizando ocasionalmente un poco de animación», concluye en su bio.