Categorías
Ideas

Viviendas de kilómetro cero, el nuevo urbanismo poscovid

El modelo urbanístico de nuestras ciudades, tal y como lo conocemos, está obsoleto. El planeta lleva tiempo advirtiéndonos de que no da para más, pero hasta ahora no le estamos haciendo demasiado caso. Sin embargo, algunos arquitectos ya empiezan a imaginar ciudades diferentes. Proyectos marcados por la huella del covid-19.

Uno de esos arquitectos es Vicente Guallart, quien ha creado el proyecto Ciudad autosuficiente, con el que ha ganado el concurso internacional promovido en la nueva área de Xiong’an, cerca de Beijing, en China. Se trata de cuatro manzanas donde las personas pueden vivir, trabajar y descansar en el entorno de su vivienda, y en época de crisis sanitaria, energética o alimentaria, poder dar una respuesta adecuada desde su entorno, mediante confinamientos de diversos grados.

«No podemos seguir diseñando ciudades y edificios como si nada hubiera pasado», explica Guallart. «En los últimos tiempos están ocurriendo fenómenos de escala mundial que nos obligan a repensarlo todo. Nuestras propuestas nacen de la necesidad de aportar soluciones a las diversas crisis que está viviendo nuestro planeta».

Para este arquitecto valenciano afincado en Barcelona, estamos combatiendo la crisis por la vida y por el clima al mismo tiempo. La pandemia, según su opinión, ha servido para acelerar la necesidad de crear nuevas ciudades. «Y hoy en día, el nuevo gran paradigma está centrado en ciudades que fomenten la vida, en las biociudades, que están basadas en la ecología, el empoderamiento social y la producción local de recursos».

Todo el conjunto que ha planificado está formado por edificios de madera con viviendas, residencias para jóvenes y mayores, oficinas, una piscina pública, tiendas, un mercado, guardería, un centro administrativo y un parque de bomberos.

La ciudad autosuficiente que ha creado Guallart está pensada para que sus habitantes puedan producir alimentos, energía y objetos de uso diario (sus edificios estarán dotados de impresoras 3D en la planta baja). Algo que definiría a este tipo de construcción como viviendas de kilómetro cero. Los bloques de viviendas estarán cubiertos con invernaderos donde se podrán cultivar alimentos para el consumo diario, y utilizan sus cubiertas inclinadas para producir energía.

En la fachada sur de todas las viviendas de estas tres manzanas se ubica una terraza que actúa como regulador térmico. Y en caso de confinamiento, este espacio podría suponer un alivio al encierro. Además, todas ellas estarán preparadas para tener espacios de teletrabajo y estarán conectadas con redes 5G que permitirán crear redes sociales a escala de barrio para intercambiar recursos.

¿Por qué ha elegido la madera como material de construcción? «Es un material renovable», justica así su uso. «Los bosques crecen cada año un 3% y si se gestionan de madera sostenible, se pueden producir millones de metros cúbicos en el mundo para utilizarlos, entre otras cosas, para la construcción. Si el hierro fue el material del siglo XIX y el hormigón del siglo XX, la madera industrial lo puede ser del siglo XXI».

Otra de las razones por las que Guallart ha optado por construir sus viviendas en madera es porque esta se produce de manera industrial y, por tanto, es más rápida de ensamblar en las construcciones. «Además, la madera ha absorbido CO2 a lo largo de su vida, y por tanto el edificio almacena CO2. El ladrillo o el horrmigón hacen justo lo contrario, emiten C02 para su producción».

«Desarrollamos este proyecto durante el confinamiento, cuando todo el equipo trabajaba desde sus casas, y decidimos incluir todos aquellos aspectos que podrían hacer nuestra vida mejor, de forma que se pudiera definir un nuevo estándar a aplicar en China, en España o en cualquier pais del mundo”», concluye Guadart.

Salir de la versión móvil