El gobierno chino quiere crear redes de entretenimiento más independientes para mejorar su imagen en el extranjero. La idea es crear fondos para ayudar a financiar a los grupos de medios y noticias ya existentes que dependen del gobierno con las vistas puestas a que el país asiático tenga una industria cultural fuerte capaz de exportar productos al exterior.
Las autoridades de Beijing, además, permitirán la entrada de inversiones de capital extranjero en estos grupos mediáticos.
La iniciativa de China vuelve a mostrar la creciente apuesta que están haciendo muchos países por ejercer una “diplomacia suave” para mejorar su imagen y su marca-país en el exterior. Una estrategia mucho más efectiva que la tensión y los conflictos bélicos.
En realidad, este concepto no es nuevo pero sí empieza a adquirir mayor relevancia como una buena alternativa a la guerra y las sanciones.
Gran Bretaña ha sido quizás el más beneficiado en este tipo de iniciativas durante el último siglo gracias al servicio internacional de la BBC. Este medio no sólo permitió a ciudadanos de todo el mundo tener acceso a información libre de censura. También ha sido una gran herramienta para reforzar la imagen de marca del país en el extranjero.
Algo similar ha logrado Al Jazeera, el medio creado en 1996 por el gobierno de Qatar, que se ha ganado el respeto en el mundo y en especial en Oriente Medio por su fuerte compromiso con el periodismo profesional, libre de censura en una zona que no está acostumbrada a este tipo de tratamiento de la información. Aunque el canal todavía no es rentable, ha supuesto una gran ayuda para la imagen de este pequeño país del Golfo Pérsico y, además, desde 2006 cuenta con una versión en inglés que se puede ver en más de 100 países.
La única duda ahora reside en si China logrará dotar de la libertad que necesitan este tipo de medios para poder hacer bien su labor. Si surgen dudas sobre la imparcialidad de estos medios, podrían conseguir el efecto contrario al que intentan alcanzar.