La escena de un niño que llega a casa con una mancha de chocolate en el babi y una madre que se pone loca es aterrador. Los niños se tiran el chocolate encima y si no, ni serían niños, ni el chocolate tendría tan emoción. Las manchas van a estar ahí siempre. Así que… si no puedes con tu enemigo, únete a él.
Y ya que te unes… únete con gusto. Eso es lo que Skip acaba de hacer con la colección de ropa infantil creada especialmente para ensuciarse, lavarse, volver a ensuciarse y volverse a lavar. María Barros ha diseñado esta línea de prendas y, con ella, dice, ha intentado «ver la moda desde la perspectiva de un niño, utilizándola como un juego y como medio para crear un universo propio lleno de inocencia y diversión”.
La idea surgió en La Despensa. Ellos fueron quienes prepararon para Skip «una pasarela de manchas», explica Miguel Olivares, director creativo de esta agencia. «Es ropa creada para ensuciarse. Los niños se manchaban en el trayecto de la pasarela, después las prendas iban a la lavadora y volvían a salir brillantes».
La colección que ha desfilado en la Real Fábrica de Tapices de Madrid está formada por 21 diseños de lana y terciopelo porque en estos tejidos las manchas se agarran con más tesón y son más difíciles de fulminar.
Esta forma distinta de presentar Skip no solo tiene que ver con matar el tópico. Este detergente anti-manchas se vende en cápsulas («un formato futurista», según Olivares) y está dirigido a una mujer más actual y abierta a nuevas formas de lavar y entender la vida.
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