Lo de ser superhéroe no es precisamente un chollo. La mayoría ni siquiera elige serlo. Estar dotados de superpoderes conlleva una gran responsabilidad. Y muchísimo tiempo también. De ahí que la mayoría tenga que desatender otras facetas de su vida para poder combatir el mal como dios manda.
En caso de Bruce Wayne, el alter ego de Batman, la cosa es aún más compleja, si cabe, puesto que, a diferencia de otros del gremio, él no dispone de ningún cualidad sobrehumana. Solo de una mente por encima de la media y de una fortuna también superior a la del común de los mortales. Ambas son vitales a la hora de desarrollar su arsenal de gadgets con los que se enfrente a sus enemigos. Lo que sí comparte Wayne con otros superhéroes es su sed de venganza, primero contra los que hicieron daño a sus seres queridos y luego, por extensión, a todos aquellos villanos capaces de causar el mismo dolor a otros como él.
Pero lo que Andrea Letamendi destaca del hombre murciélago de Gotham es su curiosidad, “su inquietud científica, la que le hace, en ocasiones, perfilar la historia y el carácter de los villanos con el fin de capturarles”. Por eso es el héroe predilecto de esta psicóloga de la Universidad de California, aficionada a psicoanalizar a los personajes de cómic. “Siempre he sido asidua lectora de cómics y me convertí en una fan de Batman porque, en cierto modo, actúa como un psicoanalista”.
Tras conseguir su doctorado en Psicología Clínica, Letamendi comenzó a recurrir al mundo de los superhéroes para tratar de explicar determinadas facetas del comportamiento humano. “Empecé a impartir charlas en la Comic-Con y otras convenciones de cómics sobre temas tan serios como el estrés postraumático o la resistencia psicológica a través de personajes de ficción. De ese modo, era más fácil que la gente pudiera identificarse”.
Andrea entendió que podía utilizar a estos personajes para divulgar la psicología y reducir el estigma asociado a determinados problemas de salud mental. Aunque reconoce que detrás de todo esto subyace su afición y el disfrute que le produce analizar héroes y villanos.
Y mediante esos análisis, Letamendi se ha encontrado con personalidades tan complejas como la del Joker, uno de los grandes enemigos de Batman. De él, la psicóloga dice que es más perturbado de todos los villanos puesto que emplea “la violencia, el asesinato y el terrorismo de forma totalmente impredecible. Nunca sabes qué será lo próximo”.
Joker representa, según Letamendi, el extremo más radical de una enfermedad mental. “Existen una gran cantidad de héroes y heroínas con problemas psicológicos que no recurren a la violencia contra personas inocentes. Es ahí precisamente donde quiero poner el foco de mi discurso: tener un trastorno mental no es sinónimo de ser un villano”.
Aunque una de los personajes que más le ha impresionado a Letamendi en los últimos tiempos es el que interpreta Robert Downey Jr. en Iron Man 3. “En el film, Tony Stark lucha contra la ansiedad y los ataques de pánico. Su experiencia es dolorosa y eso nos permite darnos cuenta de que, aunque es un superhéroe, sigue siendo un hombre”.
Y añade, “algunos podrían decir que nunca vamos a saber si Iron Man (o cualquier otro superhéroe) tiene alguna enfermedad mental porque son personajes de ficción y todo lo que les sucede es pura fantasía. Por el contrario, se ha creado la película Iron Man original, basada en la escritura de la leyenda del cómic de Warren Ellis, quien escribió sobre temas muy reales que abarcan el terrorismo, trauma médico o el conflicto interpersonal. Tony Stark se encuentra con algunas de las amenazas más realistas y peligros en los cómics hasta la fecha”.
Imagen Batman: marvelousRoland bajo lincencia CC
Imagen Joker: Commons Wikimedia
