A veces, el mejor reclamo de una ciudad es el que crean las personas anónimas que la visitan. El talento que decide retratarla a su manera sin caer en los tópicos ni los intereses de las oficinas de turismo. Esta es la visión de Lukas Backland tras pasar una semana en Tokio. Una visión bella. Sencilla. Sin florituras.
Trabajo que hace pensar si merece la pena que las ciudades gasten millones de euros en campañas de «branding» contratadas a las agencias de moda. Esos trabajos que ves en CNN con eslóganes reciclados e imágenes alejadas de la realidad.
Menos es más y hay talento en cada ciudad perfectamente capaz de ejecutarlo. Talento que visita tu ciudad que ya lo hace. Pero hacer «menos» no permite justificar cobrarlo caro ni vender humo.