Hacerse mayor parece antónimo de juego, pero no hay que olvidar que jugando se aprenden muchas cosas y que por ello nunca deberíamos dejar de hacerlo. Javier Olariaga es un madrileño al que afortunadamente lo de jugar le sigue apasionando.
Trabajaba en publicidad hasta el pasado verano, pero decidió montarse su estudio y lanzarse a la aventura de ser autónomo. El mundo está lleno de valientes y él es un ejemplo. Sus armas, el diseño y un ejército de muñecos.
“Llevo mucho tiempo coleccionando art toys, mi colección supera ya las 200 figuras”, comenta el madrileño. Ahora además, añade a su lista sus propias creaciones.
“Siempre había tenido en mente lo de hacer mis muñecos, y hace poco más de un año mi chica me regaló un kit de iniciación al modelado”, explica.
Su primera figura fue Paco, un personaje de barro macizo al que le siguieron las criaturas por encargo, una web, una página de facebook, tarjetas, pegatinas… en definitiva, un pequeño negocio con una gran ilusión.
A Javier le llaman Maloriaga, es autodidacta de formación y no para de hacer cosas. Cuando se pone a trabajar, se inspira en lo que le pide cada cliente, y si son creaciones personales, todo lo que le pasa por la cabeza lo apunta en su agenda, lo agita bien y agarra sus miniherramientas para ensuciarse las manos y dar vida a sus bichitos. De momento la mayoría de sus encargos han sido personales.
“He trabajado con alguna marca, siempre que no se desvirtúen las criaturas; no me importa trabajar para cualquiera si el proyecto me gusta”, añade.
Maloriaga quiere hacer algún molde para realizar una tirada pequeña con alguna de sus obras. “Aunque la gracia es tener algo personalizado”, concluye. Además le gustaría colaborar con otros artistas y por supuesto, seguir jugando con sus criaturas.