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Creatividad

Las señales de tráfico recitan versos en este pueblo cordobés

Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí.

Así rezan unos versos de Luis García Montero en una cabina telefónica. No parece este el lugar donde uno espera encontrarse con la poesía, pero estamos en Iznájar (Córdoba) y aquí los versos guían los pasos del viajero.

Seguimos el paseo por las calles de este pueblo blanco y ahí están de nuevo otra vez, en la marquesina de la parada del bus. Ahora es la voz de Blanca Varela la que nos habla:

En el centro de todo
está el poema intacto.

Avanzamos un poco más y llegamos al hogar del jubilado. También ahí nos reciben los versos de José Hierro:

¡Alegría en el nombre de la vida!
Somos alegres porque estamos vivos.

A medida que avanzamos en el paseo, la poesía nos va acompañando y saliendo a nuestro paso donde menos se espera:

En la fachada del ayuntamiento:

Sí fue un malentendido.
Gritaron:«¡a las urnas!»
y él entendió: «¡a las armas!»
(Elegido por aclamación, Ángel González)

En las calles, en la residencia de ancianos:

Deslumbra el sol y creo en ese eje invisible,
la inclinación de nuestras vidas,
mediante dure el pulso,
la noche,
este tiempo
(Antonio Luis Ginés)

En una señal de tráfico, en el colegio y en el instituto, en el cementerio:

Y yo me iré
y se quedarán los pájaros cantando
y se quedará mi huerto con su verde árbol y su pozo blanco
(El viaje definitivo, Juan Ramón Jiménez)

Se trata de una acción poética que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Iznájar para atraer turismo durante el verano. Bajo el lema Tras los poemas perdidos, se han creado tres rutas con las que recorrer a pie el pueblo y conocer, a través de los versos de 50 poetas españoles e hispanoamericanos, los rincones más emblemáticos de este municipio cordobés.

Versos de poetas como José Hierro, Jaime Gil de Biedma, Ángel González, José Agustín Goytisolo, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Octavio Paz, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Clara Janés, Juana Castro…, pero también de autores iznajeños como Juan y Miguel Castro, del siglo XIX, Antonio Cantero, Rafael Real, Diego Ortiz y Paco Quintana, entre otros.

«Incluimos en este grupo a poetas de nuestro entorno más cercano como José María Caballero o Ángeles Mora de Rute o Lara Cantizani, lucentino recientemente fallecido», concluye Toñi Gómez Vidal, concejala del Área de Educación, Cultura y Nuevas Tecnologías del ayuntamiento iznajeño..

«Se trata de poetas nacidos en Iznájar que tienen su obra ya publicada y únicamente se han seleccionado versos que tuvieran relación con algún lugar (una plaza, un mirador, el castillo. la iglesia…) o alguna tradición local (los romanos, la cofradía de la Virgen…)», aclara Gómez Vidal.

Durante la pasada celebración del Día del Libro ya pusieron en marcha una iniciativa parecida para celebrar su tradicional ferial del libro, cuyo lema es el conocido verso de Celaya, «La poesía es un arma cargada de futuro». Alrededor de este evento, se organizaron diferentes actividades culturales que pretendían acercar al visitante a la poesía de diversas formas: jam sessions de poesía, batallas de gallos, recitales poéticos, talleres… La ruta de Tras los poemas perdidos era una más de esas acciones.

«Empezamos por este género porque, probablemente, es el menos accesible para el público no experto. Cuando hace unos años organizaba en Radio Iznájar un programa titilado Buenos tiempos para la lírica, pude comprobar, además de la inesperada buena aceptación, que muchas personas desconocían que les gustaba la poesía, porque casi nunca habían tenido acceso a este género literario. Era encantador que una conductora de autobús o un amo de casa o un comerciante nos agradecieran poder escuchar poemas y, sobre todo, que les gustara», explica Gómez Vidal.

Teniendo en cuenta a ese público no acostumbrado a leer poesía, el criterio para hacer la selección de fragmentos de los 50 poemas que empapelan el pueblo era ofrecer versos fáciles de entender. «En cierto modo, responde a un cometido básico de esta concejalía: entender la cultura como un derecho fundamental y democratizar los bienes culturales, en este caso, hacer llegar la poesía a personas con poca exposición a los versos», aclara la concejala.

Además, pretendían huir del estereotipo que asocia la poesía al amor, así que decidieron que los versos elegidos debían ser una invitación a la vida.

«Por otro lado, pretendíamos que los poemas recogieran la voz de poetas nuestros, así como de poetas cordobeses, andaluces y relacionados con el ámbito hispánico e iberoamericano», explica Toñi Gómez Vidal. «Y, por supuesto, queríamos contar con la presencia de voces femeninas: un tercio de los poemas de la ruta están escritos por mujeres».

Solo faltaba decidir el formato en el que se exhibirían esos versos seleccionados, así que recurrieron a la ayuda de la imprenta local, que se encargó de hacer el diseño y elegir los soportes (lonas, vinilos, dibond…). El siguiente paso era ubicarlos por todo Iznájar.

«Pretendíamos que el lector encontrara una significación del texto en relación con el lugar en el que se ubica. Se trata de una acción poética con la que pretendíamos llenar las plazas, las fuentes, las ventanas, las cabinas de teléfono, los edificios municipales, los centros educativos, las calles, et alii y tomar esos lugares, nada menos que con versos, ¡una verdadera rebelión!».

A la hora de establecer las tres rutas turísticas y poéticas, marcadas en un mapa y diferenciadas por colores, el único criterio que siguieron fue el geográfico. La mayoría de los puntos señalados son lugares singulares del municipio. «Hemos intentado que el visitante pueda acompañar su visita a Iznájar siguiendo un orden espacial por las calles y por las zonas donde se encuentra ubicado cada uno de los 46 poemas. Facilitamos el orden de lectura conforme al lugar por donde quiera realizar su visita al patrimonio local. Sin lugar a dudas, el resultado es una sala de exposiciones sui generis en la calle, al aire libre e itinerante», concluye la concejala.

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