Mucho antes de que llegue la exigencia de los resultados y los balances de cuentas, surge la autoexigencia, esa gusano que requiere a uno mismo ser consecuente con lo que ama y aportar pasión a cualquier cosa que hace. La productora barcelonesa El Cangrejo encontró en el Margatània FC, un equipo de fútbol infantil, al mensajero perfecto para ilustrar el amor a lo que te hace feliz.
«En una comida familiar una prima de Roger le contó que su hijo jugaba en un equipo que apenas pasaba de medio campo y que, a pesar de estar a mitad de temporada, no había ganado ningún partido y tampoco había metido ningún gol», explican desde la productora. Roger Gómez, el 33% de El Cangrejo junto a Daniel Resines y Cristina Sánchez, cogieron la cámara y se fueron al polvoriento campo donde el Margatània FC juega sus partidos cada fin de semana.
Lo que encontraron allí fue a un equipo de niños y niñas que siguen conservando la esencia, no sólo del deporte, sino de cualquier proyecto que se emprende en la vida. Evidentemente, el dinero está totalmente ausente de un escenario como este. Lo bonito es que el éxito, la victoria, no reside en el casillero del marcador del árido terreno de juego sino en el cúmulo de sensaciones que cada uno de los chicos atesora en cada encuentro.
«Nos gustan las historias pequeñas, próximas, de gente que no destaca, de gente que, para muchos, pasa desapercibida pero que para nosotros es donde se encuentra la esencia de las cosas. Queríamos transmitir la pasión de hacer algo que te gusta independientemente del resultado. Y disfrutar del camino, más que del destino», cuentan los cangrejos.
En principio, la idea era llevar esta historia a un soporte más extenso, como una serie para televisión o un documental largo. «El teaser no interesó a las televisiones, así que lo colgamos en internet, como solemos hacer con nuestras historias. Al cabo de unos minutos la cosa ya se había disparado».
Al final de la temporada pasada, el Margatània FC consiguió marcar un gol. Ese gol es uno más del que sus jugadores necesitaban para pasarlo bien cada fin de semana. ¿No es más que suficiente?