Lo de dejarlo todo para marcharse y poner un chiringuito en la playa tiene múltiples variantes. Algunas no son tan radicales. Por el precio de una cena es posible ponerse en la piel de un trabajador de otro sector y conocer su día a día, lo más gratificante y lo más duro de su labor. Lifetramp, el autodenominado Airbnb de estilos de vida y carreras profesionales, se encarga de poner en contacto a gente dispuesta a compartir sus conocimientos con otros a los que les gustaría ponerse en sus zapatos durante una jornada de trabajo.
La actual versión beta de la página permite a los que están interesados en conocer otros ambientes profesionales consultar los perfiles de los diversos mentores que participan en Lifetramp. «Por ahora la mayoría de nuestros 130 mentores se encuentran en Polonia, pero estamos recibiendo numerosas propuestas de profesionales de diversas partes del mundo (Canadá, Argentina, Singapur, Egipto…)».
Michał Michalski es el community manager del site. Junto a sus otros tres socios –Adam Filipowski, Mariusz Cieśla ‘DotMariusz’ y Basia Madej-, todos polacos y «veinteañeros tardíos» («muy tardíos», en realidad), maquinó el proyecto durante un viaje a Tokio. «Pensábamos que sería genial pasar un día con trabajadores locales para conocer cómo es el día a día de un profesional en Japón»
Al volver a su país siguieron rumiando la idea hasta que finalmente surgió el concepto Lifetramp. «Vivimos en una economía del intercambio. Para ganar es necesario compartir. Además, todos conocemos a gente que ama su trabajo y se siente feliz simplemente por el hecho de compartir su conocimiento».
Por eso, hasta la fecha, ‘alquilar’ uno de estos mentores es completamente gratis. «Lo único que el alumno debe pagar es una cena o hacer la compra al mentor. Es una forma de darles las gracias. Es posible que más adelante incorporemos algún otro sistema de pago, pero no será el habitual porque creemos que uno al uso mataría la chispa del proyecto». Una chispa que lleva prendida desde hace tiempo en plataformas como Teach a talent, en la que los niños pueden convertirse gratis en aprendices de sus oficios favoritos, gracias, precisamente, a profesionales dispuestos a compartir su experiencia con ellos.
Durante los cuatro meses que Lifetramp lleva en marcha, la nómina de mentores incluye herreros, jardineros, constructores de bicicletas, especialistas en marketing, desarrolladores software, diseñadores… «Si aún nos falta alguna profesión por incorporar, estoy seguro de que solo es cuestión de tiempo».
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