Mucho se ha hablado del cine del destape. Durante la transición, la exhibición de carne femenina era vista como una señal de libertad y aperturismo, por lo que lo sexy llegó a las pantallas ibéricas para vivir su época dorada, aunque con límites. Las salas X no se legalizarían hasta 1983 y, durante esos años, la “Serie S” fue el refugio de aquellos que buscaban emociones fuertes.
La clasificación nació en 1975 para agrupar films que podían impactar al espectador, bien por su contenido sexual, bien por sus imágenes violentas. De golpe y porrazo, nos llegaron centenares de películas eróticas de EEUU, Francia o Alemania, en ocasiones con más de 10 años de antigüedad. No nos importaba: las ganas de carne eran tantas que lo de menos es que estuviera rancia.
Por supuesto, los productores españoles también quisieron aprovechar el interés del público. Productoras y distribuidoras buscaron maneras de vender estos films, de modernizar el “look” de los viejos carteles y de impactar a la audiencia con nuevas tipografías y títulos cuanto menos sugerentes.
El resultado fue, en muchas ocasiones, inenarrable, como vais a poder comprobar en esta somera selección de una época donde lo verde empezaba en los Pirineos, pero tirando hacía abajo.
Año: 1973
Director: Walter Boos
Género: Coitos en relieve
Que exista cine erótico en 3D no debería sorprendernos en pleno siglo XXI, pero allá por principios de los 70´s era todo una novedad. El alemán Walter Boos, incansable trabajador del blandiporno europeo, entregó este título de enloquecidísimo cartel, que en nada hacía justicia a la peli, una aburrida sucesión de polvetes impostados que, nunca mejor dicho, hacían daño a la vista. Entre tanto rojo y azul casi ni se divisaba a una borrosa Christina Lindber, la estrella sueca del momento soft. La única duda que provoca es… ¿qué opinará James Cameron de esto?
Año: 1975
Director: Picha Michel Gast y Boris Szulinger
Género: Dibujos animados
Cuando te llamas “Picha” y no has nacido en Cádiz está claro que acabarás haciendo algo relacionado con el erotismo. En este caso, animación. O un intento, porque eran algunos de los dibujos menos animados que se recuerdan; y Picha tampoco era Richard Corben que digamos.
Un simpático mono utilizando el WC remataba el poster de una película firmada como belga/francesa, que versaba sobre una reina malvada que vive en una cueva con forma de vagina y que está aquejada de calvicie, por lo que quiere que su médico le transplante la melena de la compañera de Tarzán. También salía Tintín haciendo un cameo en plan misionero.
¿Podrías con 5 chicas a la vez?
Año: 1979
Director: Ignacio F. Iquino
Género: Lesbianismo cañí
Ignacio Iquino fue, por producción y temática, uno de los reyes de la “Serie S”; y además pionero del género, como presume en uno de sus slogans inolvidables: “la primera película cómico-erótica producida en esta bendita tierra”. Quizá también le recuerden por cosas como 07 con el 2 delante (Agente: Jaime Bonet), Un colt para cuatro cirios o De Picos Pardos a la ciudad.
En esta ocasión, el público respondió relativamente bien, con lo cual parece que gustó. Atentos al argumento que hace de ella bloody planet: «Tras poseer, juntas y por separado, a cinco ardientes jovencitas nada reacias a prácticas lésbicas, un muchacho acabará tan hastiado que decide unirse eternamente a un homosexual».
Año: 1981
Director: Ignacio F. Iquino
Género: Cachondeo y despelote
Iquino, de nuevo, pero esta vez con uno de sus títulos más emblemáticos, cuyo argumento nunca podrían sospechar por el título: las correrías sexuales de dos matrimonios que siempre pasan demasiado tiempos juntos. La cinta es considerada por muchos críticos la mejor película del cine del destape, llegando a acumular una recaudación de 98.449.949 pesetas (con 578.320 espectadores) cuando se estrenó.
Su póster, sin embargo, es bastante más memorable que sus números. La cara de besugo del protagonista es de las que no se olvidan.
Año: 1975
Director: Jacques Dumoda
Género: Erotismo carcelario
La que aparece abriendo Fort Knox es Claudine Beccarie, la considerada como la primera pornstar francesa; o al menos, la primera en ganar cierta fama. Ella protagonizaba este disparate de imposible título y un cartel aún más alucinante. Un ‘Glory Hole’ bastante doloroso para el pobre desgraciado al que, además, terminará robando. Y que no falte ese guiño al hombre de pelo en pecho, que no se quita los calcetines ni para obrar la picardía.
Calientes 16 años (Hot Times)
Año: 1974
Director: Jim Mc Bride
Género: Liberación sexual
El bueno de McBride, director años después de films como ‘Gran Bola de Fuego’, comenzó su carrera con este documental sobre la libertad sexual. Claro que de eso queda poco en el póster español, con dos alucinados jóvenes practicando yoga en pelotas que bien podría haber salido de cualquier comedia adolescente de los 80. Para dulcificar el mensaje, en vez de una estrella para ocultar el pezón…nada mejor que poner un buen megapixel negro tamaño king-size.
Año: 1975
Director: Rolf Olsen
Género: Documental alucinado, 100% horripilante
No solo de sexo vivía la “serie S”. En este caso, las filmaciones de lo sobrenatural hicieron merecedor a este título de la dichosa clasificación. El póster trataba de avisarnos del miedo que daba incluso incorporando un nuevo servicio: «se advierte al público que al aparecer una escena sobrenatural se oirá una campana indicándole si desea cerrar los ojos».
Programada como «Viaje al mundo de lo desconocido», (Reise ins Jenseits), la película fue estrenada en el festival de Cine Fantástico de Sitges de 1977. Denis Gifford, miembro del jurado, comentó en su crónica «que era una cosa muy aburrida y que cuando se acabó el pase descubrió que el resto de miembros del jurado se había largado por patas a media proyección».
La Cama Mecánica
Año: 1975
Director: Bert Torn
Género: Sexo psicotrónico
Eliminar las escenas explícitas de un film pornográfico fue una práctica muy habitual en la época previa a la legalización de los cines porno. Este es uno de esos casos: el legendario Harry Reems se pasaba por la piedra a varias chavalas gracias a su cama con poderes sexuales. Y como si allí no hubiera pasado nada.
Harry fue uno de los actores pornográficos más populares de la década de 1970 y la estrella del clásico de culto de 1972 (además del que ponía la morcilla) Garganta Profunda. En este caso el cartel es un corta-pega de cosas sin ton ni son donde hasta se cambia el nombre del director por motivos que nunca descubriremos.
Furor en el vientre
Año: 1975
Director: Alain Nauroy
Género: Infidelidades y orgías a cascoporro
Tremendísima ilustración digna del mejor “fumetti” erótico italiano que promete emociones para todos, con un cartel que supo aunar lo mejor de la iconografía de Boris Vallejo con los cómics del Capitan Trueno. Un chulazo castigador, chicas fáciles ligeras de ropa, motos… y mucho furor en el vientre. El film presentaba a una de las chicas conduciendo desnuda su moto. El tipo, Yan Brian, eso sí, era bastante más feo.
La seta ibérica
Año: 1981
Director: Enrique Jiménez
Género: Sacacuartos erótico
Apenas 65 minutos dura este film. Y se hace larga. Sólo para completistas de la ‘starlette’ del destape Raquel Evans. Con tan flojo material, la productora apostó por una manera original de vender el film. El resultado, este poster, uno de los menos atractivos de la historia. ¿Se meterían ustedes a ver esto?
Pues igual se deciden después de ver la crítica que le dedicó la revista Fotogramas: «Toda la miseria del cine erótico hispano en una de sus representaciones menos distinguidas. En la misma no hay ni guión ni realización propiamente dichas, sino una serie de secuencias deslavazadas y girando siempre en torno a lo mismo. Ni siquiera sus protagonistas resultan excesivamente atractivas».
Año: 1980
Director: Franz Marischka
Género: Alemanada playera, Magalluf old fashioned style
Desde el nombre del director, hasta la ejecución del cartel, todo en esta película es delirante. Originalmente salió del laboratorio con el nombre de «Drei Lederhosen in St. Tropez» (Lederhosen son esos pantalones de cuero de Baviera) y trata sobre las correrías de tres alemanes entrados en canas en esta localidad francesa de la Costa Azul.
Las chicas, como es veranito y son francesas, salen casi siempre en bolas; de ahí, suponemos, el inverosímil título que adoptaron en nuestro país, obviando totalmente a los protagonistas masculinos. Porque… ¿quién quiere ver pantalones de cuero cuando lo que vuelan son las bragas?
Artículo elaborado gracias a @joseviruete, de viruete.com, crítico cinematográfico y asiduo a quedarse hasta las 8 de la mañana descubriendo estos clásicos.