Nunca se pudo probar la relación empírica entre la velocidad y el tocino. Pero quizá muy pronto los científicos demuestren la relación inseparable entre el mail y la ansiedad. El investigador pondrá un aparato de la tensión en el brazo del investigado. Lo sentará frente a su gestor de correo y no dejará que toque una tecla durante un espacio de tiempo considerable. La bandeja de entrada empezará a llenarse. Uno, dos, cuatro, diez, veinticinco, cincuenta y ocho… La aguja de la tensión comenzará a palpitar al alza. El conejillo de indias se pondrá de los nervios. Hipótesis confirmada: «Saber que alguien está esperando que contestes su mail genera ansiedad».
No hace falta esperar a llevar a cabo el experimento en un laboratorio para saber que esto es así. El mail se ha convertido en una parte esencial de la jornada laboral. Muchas personas (¡pero muchas!) comprueban constantemente su bandeja de entrada para responder a los mensajes recibidos. Es más, muchas de estas personas se sienten mejores profesionales cuanto más reducen el tiempo que pasa entre un mail de llegada y un mail de salida.
Mark McGuinness, autor del blog Wishful Thinking (coaching creativo) y del ebook gratuito Freedom, Money, Time and the Key to Creative Success (Libertad, dinero, tiempo y la clave para el éxito creativo), hace coaching en compañías innovadoras y trabaja también en el entrenamiento de creativos y artistas para ayudarles a mejorar los resultados de sus proyectos. McGuinness considera que la clave para hacer «cosas memorables» es la concentración y la organización en el trabajo. En el lado opuesto está el uso indebido del mail (boicot de la eficacia y generador de ansiedad).
Pintemos un escenario muy habitual. Llegas al trabajo, enciendes el ordenador y lo primero que haces es mirar el correo. Respondes, haces lo que un compañero te pide en un mensaje; llegan más mensajes, vuelves a responder… Ha pasado la mañana y ¿qué ha ocurrido con el trabajo creativo y el más importante que debías hacer? Nada. Literalmente ‘nada’, porque no lo has hecho.
Muchos expertos en organización del trabajo llevan tiempo advirtiendo sobre cómo dinamita la productividad un trabajo sometido a interrupciones constantes. Y algunos, como Mark McGuinness, ya han cambiado sus hábitos y recomiendan al resto del mundo que lo hagan también.
«El cambio más importante que he hecho en mis propios hábitos de trabajo ha sido empezar el día del modo contrario. Sitúo el trabajo creativo como prioridad. Apago el móvil y cierro el correo. Nunca programo una reunión por la mañana. Esto implica que cualquier cosa que pase después y que me distraiga de mi foco principal no me hará descuidar lo más importante porque ya está hecho. Mirando atrás, veo que todos mis grandes éxitos han sido resultado de introducir este cambio en mi forma de trabajar», explica el experto en coaching.
Este cambio supone despojarse de la ansiedad que genera en muchas personas saber que decenas de mails esperan contestación. «Adoptar esta actitud perjudica las expectativas de los demás y puede suponer cierta presión. Requiere gran fuerza de voluntad desconectar del mundo incluso durante una hora durante la jornada laboral. Por una extraña razón, se considera como algo ‘poco profesional’», indica.
«Así que si quieres priorizar tu trabajo más creativo y productivo (tu trabajo real) tendrás que deshacerte de este tipo de ansiedad. Y probablemente te encontrarás con reproches y quejas de las personas que no saben qué estás intentando alcanzar con esta medida y las que no pueden entender que tu trabajo es más importante que satisfacer sus necesidades».
(foto de David Lima Cohen, licencia CC)
Dices algo muy interesante: «A nadie le gusta saber que otros están esperando una respuesta suya». ¿Por qué nos volvemos esclavos del mail, de las redes sociales, del teléfono…?
Porque son divertidos, adictivos y requieren menos esfuerzo que afrontar los retos reales del día.
¿Por qué anteponemos las necesidades de otros a las nuestras? ¿Por qué contestamos antes a un mail que centrarnos en nuestro trabajo?
Porque normalmente es más fácil mantener una promesa con alguien que con nosotros mismos. Tus compañeros se enfadarán contigo si no respondes a lo que te piden, pero no siempre nos enojamos con nosotros mismos.
¿Estamos abusando de la comunicación? Demasiadas palabras para expresar una idea, demasiadas contestaciones (—ok —ok)… (—Gracias —No, gracias a ti)…
Tenemos demasiadas comunicaciones que gestionar. Eso implica que deberíamos pensar realmente qué vamos a decir antes de pulsar ‘Enviar’. Muchas veces ‘menos es más’.
Recomiendas empezar el día haciendo el trabajo más creativo y gestionando el mail después. Eso puede suponer perder algo importante o parar la «cadena de producción».
No digo que no se chequee el mail. Digo que no se conteste. Lo primero que hago cada mañana es mirar mi correo para comprobar que no hay ninguna emergencia y solo respondo a algo si es urgente. E importante.
Steven Covey dice que no es lo mismo ‘urgente’ que ‘importante’. La mayor parte de las cosas pueden esperar una o dos horas. Es distinto si tu trabajo consiste en apagar fuegos o trabajas con información inmediata. En ese caso tu trabajo es responder a otros y, por lo tanto, no es un problema.
¿Qué recomiendas a un adulto para aumentar su pensamiento creativo?
Ten una mente abierta. Lee mucho, online y libros. Dedica tiempo a conocer gente interesante. Trabaja duro y dedica tiempo al descanso. Aprende otro idioma. Viaja. Ve películas en vez de TV. ¡Haz todo eso y el pensamiento creativo vendrá por sí solo!
NI MAIL NI AMO (Recomendaciones de Mark McGuinness)
Trabajo creativo primero. Trabajo reactivo después
Empieza el día haciendo las actividades más creativas o asegúrate de bloquear un tiempo durante la jornada destinado a ellas (preferiblemente cuando te sientes más activo y productivo).
Desconecta de las distracciones
Email cerrado, teléfono apagado, trabaja desde casa si puedes y, si no puedes, ponte unos auriculares para que no te distraigan.
Haz excepciones para VIP
Si estás trabajando con un cliente y tienes una fecha límite, o si tu jefe necesita algo urgente, trátalos como VIPs y concédeles acceso especial. Deja el teléfono encendido y contéstales si llaman (para el resto está el buzón de voz).
Sé realmente eficiente en el trabajo reactivo
No puedes ignorar a todo el mundo todo el tiempo. Por eso cuanto mejores sean tus sistemas de productividad, mejor responderás a sus peticiones y más tiempo tendrás para tu propio trabajo.