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Los libros, a las fábricas: ‘construyendo’ lectores en el entorno laboral

La de Los libros, a las fábricas es una historia de éxito.  Un proyecto creado en 2014 desde la Fundación Anastasio de Gracia, que ha recibido este año el Premio Nacional de Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte. Sin duda, una recompensa al trabajo bien hecho.

Cuentan los artífices de la idea que han vivido anécdotas preciosas. «En una cementera de León nos encontramos un señor próximo a la jubilación que nos dijo que el nuestro era el primer libro que había leído en su vida. Incluso la familia le hizo fotos con el ejemplar», rememora el coordinador de la iniciativa, José María Uría. Se trataba, valga la curiosidad, de La piel afilada, de Josan Hatero.

«Y en una nave de Ford, un joven que había atravesado una crisis existencial confesó al escritor Juanjo Millás en uno de nuestros eventos que con su lectura había recuperado el amor por los libros», apunta, antes de sentenciar con pasión: «Son estas situaciones las que nos confirman que debemos seguir con el proyecto».

Al fin y al cabo, como comentaba la autora Espido Freire en una de las convocatorias, «no sabemos nunca dónde encontramos los lectores. En este caso, yo los he encontrado en un salón de actos, saliendo de una acería. Los he encontrado interesados, con las mismas preguntas que a mí me inquietan y con una lectura atenta, cariñosa y muy cercana. Estoy muy contenta. Cuando nos unen las palabras, da igual dónde nos encontremos».

Los libros, a las fábricas acerca la lectura a las empresas del sector industrial. Van siete ediciones con 6.200 personas participantes de más de 60 factorías de toda España. «Cuando tuvimos conocimiento de las alarmantes cifras de abstención lectora en nuestro país —cerca del 40% entonces, según datos oficiales—, se nos ocurrió que podíamos aunar fuerzas y trasladar el espacio del libro a un lugar donde habitualmente no está», explica Uría, de la Fundación Anastasio de Gracia. «Todos pasamos un tercio de nuestra vida en el trabajo y, dependiendo de lo que realicemos, no hay espacios para la cultura», reflexiona. Así que montaron una experiencia piloto —hilando fino— empezando por el sector del motor. El eslogan: «Autores y autos: ¡Arráncate a leer!». Y no hace falta remarcar el éxito de la propuesta… Año 2021, Premio Nacional de Fomento de la Lectura.

CAMPAÑAS QUE FIRMARÍAN LOS CREATIVOS DE MAD MEN

Y tras la gran acogida de esta suerte de club de lectura entre trabajadores de la automoción, la segunda entrega se extendió a la construcción y la siderurgia. «Empezamos a hacer campañas adaptadas a nuestros sectores y luego se han ido añadiendo otros nuevos —el energético, el químico, el textil o el agro— con una respuesta muy positiva», valora Uría.

Y los autores, encantados. Asisten a coloquios y conversan de tú a tú con los empleados. Han pasado más de 60 personalidades de las letras: novelistas, poetas, periodistas, dibujantes, artistas, filósofos… Referentes como Benjamín Prado, Rosa Regás, Lorenzo Silva, Josep Ramoneda, Ismael Serrano, Santiago Posteguillo, Javier Sierra o Megan Maxwell. «Es una experiencia absolutamente maravillosa. Los trabajadores han sido sensibles, apasionados y han intervenido de una manera tan activa que ha sido emocionante», afirma la escritora Lola Beccaría.

Y atentos a los lemas especiales de cada edición y contenido. Ganchos que firmarían los creativos de Mad Men: «¡Constrúyete leyendo!» para el sector de la construcción o «¡Fúndete a leer!» para la siderurgia, en 2015. Y para las temáticas de los libros, que varían de año a año: «De la música a la poesía», en 2016; «¡Leer es de cine!», en 2017; «Léemelo todo, despacito…», en 2018; «Te veo y te leo», en 2019; y «Lee y entra en la Historia», en 2020. El nombre definitivo del proyecto fue una cuestión de necesidad, aclara el coordinador, José María Uría: «Nuestra estructura es pequeña y seguir tematizando cada sector llevaba un esfuerzo y un gasto que no podíamos asumir. Por eso se englobó todo bajo el título de Los libros, a las fábricas».

EN EPISODIOS POSTERIORES…

Todos pendientes ahora de la próxima secuela —la octava— para este último trimestre de 2021. El eje será la novela negra con un mensaje muy propio: «Leer no es un crimen». Y la finalidad, la misma que en los inicios: fomentar la lectura con diferentes miradas y géneros porque, remata Uría, «hay espacio para la cultura en los centros de trabajo y no hay que tener miedo a las letras, que son un infinito camino de mejora en todos los terrenos y solo aportan beneficios».

Y esta historia, como el espectáculo, debe continuar. A raíz del honor que supone lograr el Premio Nacional de Fomento de la Lectura, entre otras ideas, se plantean un paso más, Lectulabora, una red formal de lectores entre las empresas involucradas hasta la fecha en Los libros, a las fábricas. Pero dejaremos el marcapáginas aquí, agazapado. Impacientes, sí, ante este nuevo capítulo que aún está por escribir. Otro impulso más de la Fundación Anastasio de Gracia para fabricar lectores en el mundo laboral.

Por Jorge García Palomo

Periodista y comunicador.

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