El escepticismo es algo muy sano. Es conveniente mantener un espíritu crítico acerca de las cosas y poner en duda todo aquello que nos cuentan si no viene respaldado por fuentes fiables y pruebas que lo avalen. Recordad: fuentes fiables y pruebas que lo avalen. No cualquier chalado que se monte un canal de YouTube explicando que los Illuminati pudieron acabar con Michael Jackson.
Pues bien, en la misma semana, la actualidad nos ha regalado dos debates que la ciencia ha superado. La sociedad, sin embargo, donde se ponga un motivo para pelear que se quite lo demás.
Javier Cárdenas, un tipo con un programa en prime time en una televisión pública pagada por ti y por mí, dijo algo que la comunidad científica demostró como falso sin atisbo de duda: que las vacunas causan autismo. Primero llegaron las risas y luego la indignación.
El autor del estudio que llegaba a esa conclusión se retractó en 2011. Andrew Wakefield manipuló datos a sabiendas de que no eran ciertos con el objetivo de ajustarlos a su hipótesis. Además, su investigación fue financiada con el objeto de demanadar a las farmacéuticas fabricantes de vacunas.
Si, las farmacéuticas ganan mucho dinero y el debate ético acerca de las patentes, las multinacionales y los escrúpulos lo tendremos otro día, pero es independiente de que las vacunas funcionen o no. Precisamente porque funciona es el principal motivo por el que esas empresas ganan un pastruzal.
Apple gana otro pastruzal porque sus cacharros funcionan (y por muchos más motivos); las operadoras de telefonía ganan morteradas porque cuando llamas, funciona y porque cuando quieres ver porno en tu móvil ahí tienes Pornhub.
Javier Cárdenas, lejos de retractarse y admitir el error, acusó al universo en un tweet de manipular y afirma que él solo se hizo eco de una información.
Parece que el periodista que saltó a la fama por hacer humor a cosas de los freaks de los 90, ha entrado en razón y ha eliminado el tuit que denotaba su calidad como informador: no se trata de hacerse eco de informaciones sino de qué informaciones difundes. Si los recortes de Google se consideran una fiente fiable, Jesús Gil está vivo.
Rosa Montero, en El País, tuvo otro día aciago mezclando una vez más dos debates diferentes: la discutible ética de las multinacionales farmacéuticas, la efectividad o no de las terapias ‘alternativas’ y el ataque a la homeopatía.
[bctt tweet=»A ver si te crees que la homeopatía la cocina mi tío Honorio con un caldero» username=»YorokobuMag»]
En las últimas semanas, el Colegio de Médicos de Madrid ha eliminado su comisión de homeopatía por no tener base científica. Además, la Real Academia de Farmacia alerta de que «la homeopatía puede poner en riesgo la salud». Que sí, que toda la información está propagada por las malvadas farmacéuticas para ganar trillones, pero a ver si te crees que la homeopatía la cocina mi tío Honorio con un caldero y no un multinacionales como Boiron, que son una farmacéutica más.
Como la propia Montero explica tras la avalancha de cartas que recibió la Defensora del Lector de El País, «el énfasis del artículo está en la furia de la repentina campaña contra la homeopatía».
En realidad, las cosas funcionan así: se ataca a la homeopatía porque es un timo que se sigue utilizando en detrimento de terapias que sí funcionan y que están probadas. Ahí radica su peligro.
Nadie ataca furibundamente a los que piensan que la Tierra es plana porque no hay un debate real acerca de eso, porque esa dialéctica se superó hace siglos.
¿Hace siglos? Oh, wait! Un pequeño grupo de indomables famosos que han tenido acceso a una educación eficaz (por más que no la hayan aprovechado), siguen pensando que el planeta Tierra no es esférico (y achatado por los polos).
Uno de los mejores jugadores de la NBA en la actualidad, Kyrie Irving, así lo piensa. Igual que Thomas Dolby, músico, o Tila Tequila, actriz, modelo y cantante.
Tú, o Javier Cárdenas, o Rosa Montero dudáis de lo que te cuenta EL SISTEMA. Genial, debéis estar alerta. Pero tampoco os creáis al primer gilipollas que se os presenta en internet con una teoría conspiranoica cogida con alfileres.
Y sí, a mí me pagan el Club Bildeberg y Bayer. Chavales, luego os paso la cuenta corriente, que ya está aquí el veranito.
Por cierto, ¿sabíais que hay transexuales Illuminati en la Casa Blanca?
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Como no hemos enlazado ni un artículo de Yorokobu aún, aquí van cinco, en lugar de los tres habituales
- Muchas de las tareas que desempeñamos ahora serán ejecutadas por robots en no mucho tiempo. ¿Cómo podremos ganarnos el pan en un futuro cada vez más tecnológico?
- Antes eran pósters de Take That, una cama, una silla y una mesa. ¿Cómo ha cambiado el dormitorio de una adolescente en solo 10 años?
- Parece que en materia de diseño, aún hay mucho que avanzar.
- La lengua es patrimonio de sus hablantes, no de las academias. Hay ‘errores correctos’. ¿Por qué no debes ser un talibán de la lengua?
Aquí va el vídeo de la semana. Antes, en la tele, todo se hacía a mano y de manera artesana. ¿Te acuerdas de estos logos?
Tele artesana, hecha a mano¿Recuerdas cuando la tele era artesana y se hacía todo a mano? www.yorokobu.es
Posted by Yorokobu on martes, 6 de junio de 2017
La propina
Para leer con la chavalada
Una buena manera de comenzar a educar a tus hijos en la única fe verdadera que existe: la del punk. La historia ilustrada de Ramones, editada por Reservoir Books. Es un libro de Joe Padilla y Soledad Romero.
Música rebonica para quererse
¿Y si Teenage Fanclub vivieran en el desierto de Almería? Algo así es The Real Me, que tienen nuevo disco editado por Clifford Records. La portada es de Ana Abad.
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Una respuesta a «Los medios te engañan. ¡Despierta!»
[…] Los medios te engañan. ¡Despierta! […]