Estarán durante un tiempo ‘en la sombra’ pero, al menos, los reclusos de la cárcel de Zaamdam, muy cerca de Amsterdam, practicarán deporte bajo los rayos del sol que se cuelen a través de la cúpula del polideportivo de la prisión, ideada por Willem van der Sluis.
Dice el holandés, quien no se considera arquitecto sino diseñador de productos, que le entusiasman las estructuras basadas en sistemas de módulos en los que se repiten los mismos elementos. Y en este proyecto lo demuestra.
Van der Sluis concibió la construcción como una caja que contenía en su interior una instalación deportiva que sería cubierta por una cúpula diáfana.
“Elegí este elemento tan poco frecuente en una instalación penitenciaria porque quería dar sensación de espacio, que no se percibiera profundidad alguna, de forma que sus ocupantes tuvieran la sensación de encontrarse en un amplio espacio”.
Su idea chocó de lleno con la del Ministro de Justicia, quien postulaba por un pabellón completamente cerrado y opaco. El diseñador le propuso una alternativa: era posible lograr una instalación luminosa y que, desde fuera, lo único que pudiera identificarse fueran siluetas, mediante un sistema basado al de las persianas venecianas. Solo era necesario jugar con el patrón de calado de la estructura. Y le convenció.
Van der Sluis decidió jugar también con las celosías de la parte superior de la cúpula. En este caso, el objetivo era lograr que la luz que entraba a través de ellas generaran un determinado efecto óptico en el suelo del polideportivo: “Las sombras caladas dan la sensación de estar andando por madera. Es una forma más de incrementar la sensación de estar disfrutando al aire libre, de estar más cerca de la naturaleza”.
Más allá del valor estético y el confort de los usuarios, con la cúpula del polideportivo Van der Sluis se había propuesto conseguir un objetivo más: captar la atención de la población. “Situar la cárcel en el mapa”, según sus propias palabras para, de esa forma, potenciar el interés público sobre el problema de la inmigración en Holanda. No en vano, los que cumplen condena en Zaamdam no lo hacen por ser asesinos ni criminales, sino por ser haber llegado al país de forma ilegal.
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