Los Lannister están considerados como los principales villanos de Juego de Tronos. Los caminantes blancos no son villanos: representan las fuerzas de la naturaleza. Por villanos entendemos a personajes que no dudan en emplear todas sus fuerzas y recursos para conseguir sus propósitos, sin reparar en el daño que puedan causar a los inocentes.
Los Lannister parecen diseñados siguiendo la máxima de Hitchcock:
«A mejor villano, mejor historia», dice Hitchcock.
Unas veces, los villanos son conscientes de su acciones y las justifican por motivos «mayores» como la supervivencia o la familia. Otras veces, los villanos son «los otros», los que quieren «lo mismo» que los protagonistas, como demuestra Clint Eastwood filmando la batalla de Iwo Jima desde el punto de vista de los estadounidenses (Banderas de nuestros padres) y de los japoneses (Cartas desde Iwo Jima). Luego hay villanos que carecen de justificación y que por eso mismo se ganan el rencor del público. La casa Lannister reúne a todos los villanos…
TYWIN LANNISTER es un padre de familia que trabaja para sus hijos cuando desearía retirarse a descansar los últimos años de su vida.
Es implacable con sus enemigos, pero no disfruta con la violencia.
Caballero antes que malvado.
La guerra es una herramienta. Es un malvado de corte «bondiano» clásico en el corazón de Los Siete Reinos. Es un villano porque comparte el mismo objetivo que los héroes: el Trono de Hierro.
CERSEI LANNISTER no es diferente de la madre que dice a su hijo en la puerta de la guardería: «Si te pegan, tú pegas». Y esto explica la naturaleza de sus actos.
Conspira, miente, manda derramar sangre y utiliza el sexo con el único objetivo de proteger a Joffrey Lannister, su estúpido vástago.
Cersei está dispuesta a sacrificarse para que Joffrey sea feliz. Ella sabe que sus órdenes causan daño y dolor, pero su hijo, lo primero.
Si Cersei no fuera madre, es posible que viviera ajena a los asuntos de palacio.
JAIME LANNISTER más que un villano es un «malote» vago. Ejercer como villano requiere de un tiempo y un esfuerzo que Jaime no está dispuesto a emplear. Su mayor acto de maldad es el resultado de seguir una orden de su hermana. Cuando Jaime dice «las cosas que hago por amor», es consciente del daño que causa. Para él, la familia está por encima de los demás y de sí mismo y de los escrúpulos que siente.
Joffrey está concebido para ser odiado. Ninguno de sus actos revela humanidad.
El público puede sentir empatía por un villano si este muestra amor a los animales, a los niños y lealtad a los suyos. Pero Joffrey pierde todos los ases: ordena asesinar a un perro (es tan cobarde el principito que ni él lo hace), ordena la ejecución de niños, y querría que la cabeza de tito Tyrion colgara de una pica.
Un villano como Joffrey sólo tendría sentido arropado por personajes como su abuelo o por su madre. Por sí mismo no podría sobrevivir porque es estúpido, cobarde y no tiene amigos que lo defiendan.