1960. La Sra. Draper estrella el familiar Ford Country Sedan contra una pequeña fuente de jardín. Atrás, Sally y Bobby, los hijos.
1969. La Sra. Draper conduce con aplomo un Austin-Healey convertible. El Sr. Draper es copiloto.
La Sra. Draper de 1960 está en el capítulo 2 de la temporada 1. La Sra. Draper de 1969, en el capítulo 1 de la temporada 7.
La Sra. Draper de 1960 se llama Betty. Su vida gira en torno a sus hijos y a su hermético, ambicioso y controlador esposo. Cada una de las decisiones de Betty está sometida al visto bueno del esposo. Pocas cosas hay en la vida bajo su control.
BETTY DRAPER
Betty Draper conduce, sí, pero un vehículo familiar perfecto para cargar la compra después de dejar a los hijos en la escuela. Betty es copiloto cuando acude con su marido a una barbacoa o un cumpleaños: el marido conduce un Oldsmobile Dynamic, lo que se decía un coche de hombres. (El coche de la vieja serie de Batman con los POW! y BOOM!).
Que Betty estrelle el Ford Country es una metáfora de la impotencia como mujer, esposa y madre. Medio minuto antes, Betty ve cómo la nueva vecina, la divorciada (la comidilla) intenta cargar sola una caja. En ese momento, las manos de Betty dejan de responder: son incapaces de hacerse con el control del volante.
¿Pierde Betty el control porque teme acabar como la nueva vecina? Sobre esta se especula en el barrio que debe estar pasándolo mal: sin recursos económicos, sin apoyo ni la ayuda de un hombre. Lo cierto es que Betty está tan desvalida o más que la vecina.
Betty ha perdido el control del vehículo al igual que ha perdido el control de su vida, de la familia y el matrimonio. Las manos que sueltan el volante son la metáfora de la mujer que hace tiempo soltó las manos de la vida, que permitió dejarse llevar. (Por contra, la vecina suponemos que acabará haciéndose con la caja).
MEGAN DRAPER
Megan Draper no tiene hijos, cuenta con ingresos propios y una imagen popular que eclipsa al Sr. Draper. Megan es actriz. Podría considerarse que su relación con Don es una relación de tú a tú. Megan conduce un deportivo descapotable porque puede y porque quiere.
La secuencia en la que Megan recoge a Don comienza con Don afeitándose en un lavabo del aeropuerto. Aparecen los primeros compases de I’m a Man de Spencer Davis Group, que justifica el comportamiento egoísta de los hombres en el amor. Durante estos primeros instantes, parece que Don va a comerse el mundo.
Megan aparece en pantalla con las primeras palabras en la canción. Las imágenes y la música no casan. Megan domina la escena con el Austin-Healey y andares felinos. En una lucha de egos, el Sr. Draper pierde ante la nueva Sra. Draper.
«Bonito coche», dice Don.
«Llegas tarde», le regaña ella.
Tras el beso, y justo cuando comienza el estribillo («Soy un hombre, sí, lo soy, no puedo evitarlo»), Megan marca la agenda. No como una secretaria ni como la esposa que sugiere planes: Megan da instrucciones. Don asiente, y cuando se dispone a abrir la puerta a su señora esposa, ella le da otro hachazo al ego masculino:
«No, no puedo mover el asiento», dice Megan dirigiéndose al volante. Y aunque pudiera, no parece dispuesta, por lo que Don ocupa el puesto de copiloto con gesto torcido.
Entre la Sra. Draper de 1960 y la Sra. Draper de 1969 hay una lección de Historia (Betty pertenece a una época que se muere; Megan, a una época por venir). Y también una lección de dramaturgia: el coche familiar es una extensión de Betty y el coche deportivo una extensión de Megan.
Las mujeres de Don Draper no conducen igual
