¿Qué define el carácter de una ciudad? Para Daniel Muñoz, diseñador gráfico y profesor de Creatividad y Lenguaje Publicitario de la Universidad EADE de Málaga, son los patterns de esta ciudad andaluza en la que vive. Tanto es así que los ha recopilado todos en un proyecto al que ha bautizado como Málaga Patterns.
Durante sus paseos por esta capital andaluza, fue detectando que había una serie de elementos que siempre estaban ahí y a los que no se suele prestar atención. Motivos gráficos que aparecían en la cubierta de un mercado, en la fachada de una iglesia, en la reja de un balcón… «Esto me motivó para recopilarlos y extraer su diseño, ya que nos ayudan a reflexionar sobre nuestro patrimonio gráfico y a reivindicar la personalidad única de Málaga», explica Muñoz. «Además, como diseñador gráfico, me parece un ejercicio de identidad visual muy interesante y divertido».
El grueso de los patrones que Muñoz ha recogido en su proyecto estaban escondidos en edificios del casco histórico malagueño y en los barrios colindantes. Unos rombos en una pared, las curvas de una reja, cuadrados en una fachada… Todos aquellos motivos, unos más ocultos que otros, decían algo de Málaga, definían su identidad.
«A primera vista, todos estos patrones pueden resultar aparentemente diferentes. Cada uno pertenece a una época, a un estilo o está construido con un material concreto», comenta el diseñador gráfico. «Pero si atendemos exclusivamente al diseño, a sus formas y a la geometría, encontramos muchos puntos en común. Para mí ha sido todo un reto conseguir que formen parte de la misma familia, de armonizarlos a través del diseño. La propia reflexión sobre nuestra identidad que hay detrás del ejercicio es lo más especial que tienen».
Muñoz ha seleccionado únicamente aquellos patrones que, de alguna manera, responden a principios básicos de geometría. «Intento evitar elementos muy pictóricos o que representen escenas. Esa es la única regla. No discrimino ni por su origen, ni por su valor patrimonial ni por los materiales con los que fueron construidos. Me centro exclusivamente en su diseño».
Más allá de esto, cada patrón cuenta una historia del lugar donde se localiza, de los artesanos que les dieron forma. «Nos hacen reflexionar sobre el inabarcable patrimonio gráfico que poseemos y, sobre todo, nos muestran que tenemos una identidad que reivindicar. La globalización está convirtiendo las ciudades en lugares aburridos sin personalidad, y proyectos como este nos enseñan que tenemos una idiosincrasia y una forma única de entender la vida. Lo último que debemos perder es nuestra esencia».
Y esa esencia, para Daniel Muñoz, no es otra que el respeto por la historia y por las civilizaciones que formaron nuestro carácter mediterráneo, conviviendo sin problemas y sin prejuicios con nuevos iconos, nuevas identidades que van surgiendo. «Y, precisamente, esa es la historia del Mediterráneo. Nos gusta mezclarnos y mezclar lo tradicional con lo nuevo. Málaga es contraste, bonita pero también imperfecta. Espontánea, divertida y muy descarada. No hay duda, ¡todo eso es Mediterráneo puro!».