Dicen que fue en la Basílica de Santa Croce de Florencia, contemplando los frescos de las Sibilas de Volterrano, donde Stendhal sufrió su famoso arrechucho. Taquicardia, temblor de piernas y cierto mareo son algunos de los síntomas que describió el escritor al admirar tanta belleza. Pero ¿podría haber experimentado una reacción similar hoy en algún rincón de Madrid? ¿O de Barcelona? ¿Y de Bilbao?
En un mundo como el actual, en el que estamos sobreexpuestos a estímulos y experiencias visuales a través de la tecnología y las redes sociales, ¿es posible seguir sorprendiéndonos o conmoviéndonos de la misma manera?
Creemos que sí. Y en realidad, no hace falta irse muy lejos para comprobarlo. En España, el stendhalazo espera en cada esquina: una plaza, una fachada, un local con historia…
¿Qué tal mapear esos rincones y tesoros? Como abarcarlos todos sería imposible, hemos elegido tres lugares: Madrid, Barcelona y Bilbao. Aunque muy diferentes en la manera en que han cultivado y expresado su identidad a lo largo del tiempo, comparten ese vínculo de riqueza cultural, tradición e innovación que las sitúa hoy como polos creativos europeos.
Para llevar a cabo la creación de estos tres mapas, contamos con la colaboración de estudiantes del Istituto Europeo di Design (IED), con sedes en las ciudades seleccionadas.
Comencemos nuestro viaje por Madrid. La estudiante de 3º de Diseño Gráfico Elena del Prado Núñez (@nooki.lab) ha dado vida a su «paseo creativo» por la capital, fusionando sus propias ideas con las recomendaciones de algunos de nuestros lectores que respondieron a la llamada de La Mandanga. Este es el resultado:
Lo primero que se aprecia del mapa de Elena es que el verde es el color predominante. ¿La razón?: «Mis sitios preferidos de Madrid son parques. A partir de ahí fui buscando colores complementarios que se vieran alegres y frescos».
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Entre estos rincones verdes de la capital elegidos por Elena, identificamos emplazamientos tan emblemáticos como los jardines del Palacio Real, también conocidos como Jardines Sabatini. No obstante, este nombre no se debe a que Sabatini los proyectara, sino porque los jardines se alzan en el lugar donde se ubicaban las antiguas caballerizas del palacio, esas sí ideadas por el arquitecto italiano. Un consejo: intenta acudir al caer el día. La luz del atardecer les favorece.
Otro jardín madrileño que asoma por este mapa es el Botánico, en cuya concepción también estuvo involucrado el propio Sabatini. Aunque el Real Jardín Botánico tal y como lo conocemos hoy es un proyecto de Juan de Villanueva, el arquitecto por antonomasia del neoclasicismo español. Enclavado en el Paseo del Prado, junto al Museo del Prado, es un verdadero vergel en pleno centro de Madrid.
El Lago de la Casa de Campo es otro de los rincones que, si bien, tal vez no destaca por ser el más estético, sí es uno de los más genuinos. Después de pasear por sus orillas o montarse en una de sus barcas, merece la pena adentrarse y perderse por los senderos de la Casa de Campo, el pulmón verde de la ciudad.
Desde Lago también se puede bajar a Madrid Río y recorrer el margen del Manzanares a pie, en bici o en patines. Y si continuas unos cuantos kilómetros hacia el sur podrás enlazar con otro de los parques urbanos más grandes de la capital, el Enrique Tierno Galván, conocido por albergar dentro de sus más de 40 hectáreas el Planetario de Madrid. Un lugar en el que poder disfrutar de unas de las mejores panorámicas de Madrid (y con el encanto de no haber sido descubierto aún por la mayoría de los turistas…).
Y continuando de ruta por los parques de Madrid, algo más al noroeste, nos encontramos con la Quinta de los Molinos, un lugar especialmente propicio para sufrir un stendhalazo en estas fechas con el florecimiento de los almendros.
Volviendo al centro de Madrid, resulta imprescindible pasarse por el parque de los parques de la capital: El Retiro. Allí se ubica otro de los rincones que Elena considera más inspirador: la Montaña de los Gatos. Un montículo artificial que ha sido remodelado y reabierto recientemente, levantado en tiempos de Fernando VII, y que a lo largo de su historia ha tenido diversos usos. El último, hasta su cierre en 2004, fue el de sala de exposiciones. Pero, sin duda, su función más conocida, y por la que se ganó su nombre, fue la de servir de refugio a la numerosa colonia de gatos que habitan en esa zona del Retiro.
Para la elaboración del mapa, Elena dice que fue fundamental el apoyo de su tutor en el IED Madrid, Javier Pinto. Y añade: «Buscamos referencias que me gustaban y luego generé un mapa sintetizado de Madrid en el que se pudieran situar los puntos. No es un plano cartográfico. La idea era que resultara sencillo y permitiera orientar a las personas e invitarlas a explorar por su cuenta la ciudad».
Sobre el uso de la paleta de colores, nos comenta que aunque habitualmente se siente cómoda recurriendo al blanco y negro con toques de color en sus proyectos, la naturaleza de este le hizo decantarse por una opción más colorida.
En cuanto a sus referentes en el mundo de la ilustración, menciona a Anna Laura, Sara Hagale, Jessica Elena o Elena Fiorenza Gatti.
Elena, que es originaria de República Dominicana y llegó a Madrid para estudiar Diseño Gráfico, tiene claro, de todos los señalados en el mapa, cuáles son sus lugares predilectos de la capital: «Por un lado, me quedaría con los atardeceres en Lago, por inspiradores, y con el estanque vacío de los jardines de Sabatini, mi rincón favorito de la ciudad».
Si vives o conoces Madrid, tal vez coincidas con Elena en unos cuantos, pero seguro que al revisar el mapa has echado en falta algún otro lugar de los que consideras imperdible, ¿verdad?
Pues aquí te traemos, a modo de bonus track, algunas aportaciones de los lectores de Yorokobu que respondieron a La Mandanga sobre esa misma cuestión:
El próximo mapa de la creatividad del IED será sobre Bilbao. Y a ti, ¿se te ocurre algún rincón del Botxo propicio para sufrir un stendhalazo que creas que no debe de faltar?
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