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Por aquí iba leyendo

Habrá quien piense que en estos tiempos que vivimos, en los que los ebook amenazan con reemplazar definitivamente al libro impreso, un marcapáginas es un objeto obsoleto.
Pero siempre habrá románticos que se niegan a sustituir un libro en papel por otro electrónico. Para todos ellos, Papel Impreso, una pequeña empresa afincada en Bilbao dedicada al desarrollo de productos originales relacionados con el papel, está tratando de reinventar el marcapáginas «para convertirlo en algo divertido y diferente», afirma Jonathan Durán, diseñador gráfico y responsable de la dirección de arte de la empresa.

Marcapáginas existen muchos en el mercado. Pero ellos buscaban mejorar lo que ya existía encontrando un diseño que fuera resistente como para aguantar los ataques de los más pequeños de la casa, lo suficientemente pequeño como para poder ser guardado en un bolsillo y con diseños coloridos que transmitieran positivismo y luz.
Los suyos están fabricados en un papel PVC muy resistente («prácticamente irrompible», puntualiza Durán) y al que no le afecta la humedad. Así, llevarlos a la playa, por ejemplo, no supondrá ningún problema.

Su sistema de clip permite colocarlo en cualquier borde de la hoja y como acaba en punta, puede incluso indicarnos la línea en la que interrumpimos la lectura, si lo enganchamos en un lateral de la página, y no en el borde superior.
«No solo está destinado a libros de lectura; se puede colocar en documentos de oficina, señalar páginas en un álbum de fotos, libros de colegio o de la universidad…», aclara Jonathan.
Para alcanzar la financiación suficiente que permita cubrir los costes de producción y manipulado, 2.500 €, han lanzado una campaña de crowdfunding en Verkami. En función del dinero aportado por los mecenas, se han establecido distintas recompensas.

Los marcapáginas se venden por colecciones de tres unidades. «Por el momento tenemos tres colecciones geométricas muy coloridas, y dos con caras de animales pensadas para los más pequeños (aunque a los mayores son a los que más les gustan)», explica Durán, quien se ha encargado de diseñarlos. Pero según afirman en la página de Verkami, si el proyecto sale adelante crearán una aplicación en su web que permita a los clientes personalizar sus propios marcapáginas.
Parece que por fin ha llegado el día en el que dejaremos de marcar la página donde interrumpimos nuestra lectura con el billete usado del metro.




Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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