Sobre gustos no hay nada escrito aunque alguien debería comenzar a escribirlo urgentemente. El caso es que todas las personas son libres de decantarse por aquello que crean más conveniente. El problema viene cuando ese alguien es un experto y toca justificar las decisiones tomadas. En Lifehunters pensaron que podrían preguntar a los expertos si lo etiquetado como orgánico puede diferenciarse al ser degustado. La cosa no parece tan sencilla.
Lo primero, el vídeo.
José Miguel Mulet, profesor titular de biotecnología (área de bioquímica y biología molecular) en la Universidad Politécnica de Valencia, afirma que el sello de producción ecológica solo garantiza que ha superado un proceso de evaluación. Eso, según los datos que presenta, no hace que esos productos sean más sanos, más respetuoso con el medio ambiente o más sabrosos. «Por si fuera poco, la seguridad alimentaria en este tipo de productos tampoco es la más deseable, lo que explica las crisis que hemos sufrido asociadas a este tipo de alimentación», explica en su web.
Lifehunters, una productora holandesa de vídeo viral quiso hacer un experimento de andar por casa para ver si los gourmets y los expertos en este tipo de productos, eran capaces de detectar un producto catalogado como orgánico cuando se lo ponían por delante. «Hicimos la prueba con comida de McDonald’s ya que es la comida menos orgánica o natural que se nos ocurría», cuenta Erik Hensel, uno de los responsables de Lifehunters.
Hensel envió a sus compañeros Sasha y Cedric a Houten (Holanda) a una importante feria gastronómica para captar el pulso de algunos de los mejores paladares del país. «Las respuestas fueron geniales, especialmente porque solo les preguntábamos qué pensaban acerca de lo que probaban y si les parecía mejor que la comida de McDonald’s», dice Hensel.
La conclusión, según explica el autor acerca de este poco científico experimento, es que «los expertos concluyeron que la comida era bastante mejor que la de la cadenas de hamburgueserías y que, realmente, podían paladear el elemento orgánico en ella».
Hensel explica que hubo algo que les sorprendió mucho. «No hubo ninguna persona que mencionase a McDonald’s o que nos dijera que la comida no les gustaba (quizás querían ser educados). Solo hubo uno que dijo que la comida estaba algo seca, pero le gustaron mucho los nuggets de pollo».
El holandés no cree que los críticos no estén preparados para realizar su trabajo. «Pienso que a muchos de ellos les encanta oírse hablar. Este elemento era el que queríamos someter a juicio y fue por eso por lo que decidimos hacer el vídeo».
Con respecto a la catalogación de los productos como orgánicos, Hensel cree que, al menos en Holanda, hay una importante cantidad de fraude. «El negocio de la alimentación es billonario. Si pones la etiqueta orgánico en los productos, las ventas se incrementarán. También creo que es bueno preocuparse por lo que uno come. Hay un montón de mierda en nuestra comida hoy en día».