Los cambios pueden dar miedo, es normal. Siempre cuesta enfrentarse a algo desconocido que nos obliga a dejar atrás nuestra zona de confort. Pero hay que darle la vuelta a la cuestión y aprender a ver esos cambios como oportunidades para alcanzar algo mejor. Eso ocurre también cuando hablamos de dar el paso a la electrificación.
Pero no hay necesidad de lanzarse de lleno a la piscina, ya que los fabricantes de vehículos han desarrollado pasos intermedios entre los motores térmicos tradicionales y los coches 100% eléctricos. Es lo que se denomina hibridación ligera o MHEV (Mild Hybrid Electric Vehicle).
Los MHEV son un tipo de vehículo que combina un motor de combustión interna con un sistema eléctrico adicional de 48 voltios. Se los considera una solución de transición porque están diseñados para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones de carbono al utilizar la energía eléctrica para asistir al motor de combustión interna.
Es cierto que no son completamente eléctricos, pero son una buena opción para aquellos que desean reducir su impacto ambiental sin comprometer la autonomía y flexibilidad de los vehículos de gasolina o diésel. Y, sobre todo, para los que quieren hacer el cambio poco a poco.
Existen diferentes niveles de microhibridación en los vehículos, y se clasifican mediante códigos que van desde P0, nivel básico, hasta P5, el más avanzado. La gran diferencia entre un MHEV de nivel P0 y un híbrido convencional es que en los MHEV el motor eléctrico no puede propulsar el vehículo de manera independiente, ya que la batería y el propio motor eléctrico son más pequeños.
Sin embargo, en el caso de la microhibridación P2, la que utiliza Opel en modelos como el Corsa y el Grandland (el próximo mes de septiembre) y en el Astra (en los próximos meses), el motor eléctrico puede propulsar al vehículo sin necesidad del de combustión, ventaja que los acerca a los híbridos no enchufables convencionales.