Entre todas las cosas de Velckro hay una lista de “palabras chorra”. Las va apuntando en un papel hasta que encuentra una misión para ellas. El director de arte, además, diseña a menudo tipografías. Y, a veces, esas palabras y esas tipografías quedan unidas para siempre. Esto es lo que ocurrió con esta tipografía y su nombre: Morcillona.
Velckro tenía la tipografía. Tocaba ahora darle un uso. Convertirla en frases con un mensaje. “Lo típico es recurrir a citas de filósofos. Los diseñadores se vuelven súper serios y eligen citas graves de filosofía para mostrar sus tipografías”, explica Velckro. “A mí me gusta darle un tono de humor. También se pueden escribir tonterías”.
Esa es su premisa. Y por eso no recurrió a la biblioteca de textos solemnes. Fue a su perfil de Facebook y pidió a sus contactos “piropos guarros de obreros”. Es la parte de “colaboración del proyecto”, según el ilustrador. Y de ahí salió la colección de frases con la que nace la Morcillona.
